Ciertamente la trilogía de "Un príncipe en Navidad", de la que esta película es la primera, no es una obra maestra de la cinematografía. Sin embargo, es una saga bastante más digna que otras, tan torpes y vulgares, en las que la Navidad sirve de reclamo y de escenario.

Las "críticas feroces" que han recibido estas películas al parecer no toman en consideración que se trata de "comedias navideñas" y no de producciones oscarizables. Si las comparamos con otras cintas producidas en el trinenio 2017-2019 para estas fechas comprobaremos que son bastante mejores que la mayoría de aquellas. Al fin y al cabo consiguen lo que se proponen: entretener a los espectadores y transmitir valores relacionados con la familia, la amistad, la lealtad y el servicio al bien común. ¿Qué más se puede pedir a una película navideña?

El trabajo de los actores es razonablemente bueno. Existe química entre los protagonistas. Y algunos personajes resultan destacables, como por ejemplo: la princesa afectada de una minusvalía, el padre de la novia (el cambio de actor en la segunda película resulta positivo), el organizador de bodas, la "defensora del protocolo" (¿no les recuerda a la señorita Rottenmeier de Heidi?). Y qué decir de la participación de una secundaria de lujo: la actriz sudafricana Alice Krige.

¡Feliz Navidad 2023 para todos!