Van Damme, como mayor reclamo. Su labor por rellenar una filmografia de capa caída, ya que en su momento lució de estrella de los 90. En este film nos quiere brindar una actuación cómica, podría ser intrusismo laboral, pero su radiante carisma limita la película en dos partes, solamente cuando él está presente en pantalla y el resto del visionado. Un film rodado por y para disfrute del susodicho, una historia débil, sin aliciente, más allá de algún que otro gags. La puedes ver con la única finalidad de olvidarte de ella. El de Bruselas convertido aquí en una sombra de lo que fue.