Que suerte que aún se hagan grandes películas que hablan de amor, con gracia, bien escritas, de forma sensible y a la vez con los pies en el suelo. Todo eso lo tiene Bon Apetit, una película que habla del amor, de la amistad y de la integridad personal de forma conmovedora, dejándome ese aroma autentico y maravilloso a El Apartamento, de Wilder.

Debilidades personales aparte, lo cierto es que Bon Apetit tiene un guion excelente, bien escrito y estructurado, de diálogos ágiles y con chispa, elegantemente dirigido por David Pinillos, y magníficamente interpretados por cada uno de los actores, en particular unos maravillosos Unax Ugande y Nora Tschirner en los papeles principales.

Me ha llevado por distintos tipos de emociones de forma honrada, sin trucos ni excesos sentimentales. Bon Apetit es una pequeña joya a defender, que junto a pequeñas maravillas que aún salen, como (500) Days of Summer, nos hacen mantener viva la ilusión por un tipo de cine cada vez más difícil de encontrar.