Deliciosa película. Describe el encuentro entre padre e hijo de manera brillante, encantadora. El guión no tiene fisuras y nos va descubriendo las personalidades de padre e hijo con un grado de profundidad psicológica al que no estamos acostumbrados. El gigante Mastroianni nos cautiva desde las primeras escenas, y el entrañable Troisi nos enamora con su personalidad dulce y tímida. Nos espera un festival de miradas, gestos, sentimientos .... Padre e hijo representan valores distantes, pero conforme se desarrolla su encuentro, crece el conocimiento de la personalidad del otro y el respeto por lo que representa cada uno. El cariño que ya existía entre ambos crece y se afirma por momentos. Aseguro que no es posible verla solo una vez y degustar todos sus matices. ¡Ojala y uno tuviera oportunidad de asistir a menudo a obras maestras como ésta!.