Thriller psicológico sobre una perturbada que necesita hacer realidad sus mundos imaginarios, ambientados en las novelas sentimentales del siglo XIX, e intentará, para ello, convertirse en la niñera de los hijos de un apuesto medico viudo.

Esta película, siguiendo el molde de las realizaciones de formato televisivo al que pertenece, llega cargada con los ámbitos e incidentes comunes a los de otros productos de similar tono, con una puesta en escena muy defectuosa, un guion nada planificado y un ritmo narrativo monótono en su totalidad.

Los personajes –varios de ellos innecesarios– son retratos carentes de evolución, tanto en sus pensamientos como en sus conductas, y con unas motivaciones que alcanzan el absurdo. Por otro lado, el flujo de la trama queda estancado, y toda la función --en mi criterio-- es un desfile de escenas vacías de fondo, de intriga o de emoción.

Un telefilm, pues, limitado en su técnica, ilógico en su argumento y despojado de estilo y de personalidad, que nos hará pasar un rato de anodino entretenimiento y que al impresionarse el "The End" habremos de olvidar.