A pesar de que la premisa de la trama resulte desasosegante (joven que descubre que, al parecer, fue secuestrada de niña por sus padres y quiere conocer su verdadera identidad), nos encontramos ente en un pésimo thriller que no se sostiene en ningún aspecto.

Su guion, impenetrable por su incoherencia y dispersión, deja multitud de hilos (o de correajes) sueltos que el espectador no puede --ni desea-- racionalizar.

El ritmo narrativo es desquiciado, provocando saltos argumentales de unos lugares a otros sin ninguna transición temporal.

La historia --ya resumida en el primer párrafo-- es, aunque en principio pudiese parecer lo contrario, totalmente insulsa y, lo que es peor, incomprensible e inaudita en todos los niveles; y con las escenas finales carentes de la mínima plenitud emocional.

La tensión, la intriga y el suspense, características propias del thriller, están totalmente ausentes en este film, sumiendo al ya disperso argumento en puro e irremediable despropósito, sin alicientes ni sorpresas.

Los personajes principales --los secundarios aparecen y desaparecen, algunos sin dejar huella-- carecen de evolución psicológica y solo son meras máscaras durante todo el metraje. Y los intérpretes no aciertan, lo más mínimo, en paliar un poco esa sensación de estereotipo.

Los espacios narrativos son los acostumbrados --y manidos-- en este tipo de producciones televisivas, por lo que el tedio visual se hace patente.

La dirección --decididamente plana-- roza la incompetencia, tanto es su envoltura técnica como artística, no acertando a combinar con fluidez la duración y tipo de planos y secuencias ni a encauzar adecuadamente la conducta interpretativa de los actores de turno.

En fin… Estamos ante una película tosca, ridícula y sin ningún aliciente que pueda atraer al sufrido espectador.
Una pena.