Thriller psicológico y de suspense dirigido con desacierto, en el que el espectador adquiere la sospecha –desde muy al comienzo– de todo lo que va a suceder y cómo terminará la función.

Esta película, siguiendo el molde del formato de televisión al que pertenece, viene inundada de lugares y sucesos comunes a los de otros trabajos de similar género, con un argumento poco creíble, un guion que es solo un esquema y un ritmo narrativo altamente plano.

Los personajes --muchos de ellos innecesarios-- son estereotipos carentes de conducta psicológica, y con unas motivaciones que se acercan al absurdo.

Por otro parte, el flujo de la trama queda detenido muy pronto y todo se convierte en una hilera de secuencias despojadas de coherencia y vacías de contenido, de inquietud o de tensión.

Un telefilm, en conclusión, pobre en técnica, falso en argumento y mediocre en estilo, que solo sirve para pasar medianamente hora y media y luego arrinconarlo en el olvido.