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Voto de JUANJO:
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Cine negro. Fantástico. Comedia. Terror
Un detective privado, Harry P. Lovecraft, se mueve en un Hollywood de los 40 en la que la magia y las artes negras son muy comunes. Su cliente le da dinero para que encuentre una copia robada del mítico Necronomicón, libro que le permitirá liberar a los Demonios Primigenios. (FILMAFFINITY)
14 de junio de 2019
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El Sello de Satán” o “Hechizo Letal” nombre con el que se estrenó en España es un telefilm que hace homenaje a los relatos de H.P. Lovecraft y a sus Mitos de Chtulhu pero rodado con la esencia del cine negro.
Así tenemos una historia de terror fantástica con aroma al cine negro y con las virtudes de las películas de los 80. En algún tramo de su duración veremos escenas que nos recordaran a los “Gremlins” y también a algún episodio perdido de la mítica “Creepshow”.
La historia transcurre en Los Ángeles en 1948 una época en la que todo se rige por la utilización de la magia y las artes oscuras.
Un detective Harry P. Lovecraft es contratado por excéntrico millonario para que encuentre la copia robada del “Necronomicón”. Harry es uno de los pocos que se niega a utilizar la magia, más bien la detesta.
Toda la película está llena de guiños a Lovecraft, véase Chutlhu, el Necronomicón, el club llamado Dunwich Room (homenaje a su relato “El Horror de Dunwich”).
Rebosa matices bizarros, humor negro, esencia a serie B de forma entretenida y mordaz.
Martin Campbell se hizo cargo de la dirección antes de rodar unas entregas para la saga Bond.
En su reparto aparece Fred Ward (“Temblores”, “El Cuervo: Salvación”) interpretando al detective de respuestas rápidas y aguzadas. A Julianne Moore (“Hannibal”, “El Fugitivo”) en uno de sus primeros papeles haciendo de seductora cantante del club “Dunwich Room”. A Clancy Brown ( inolvidable villano de “Los Inmortales”) como un gangster sin escrúpulos.
Los efectos especiales son totalmente artesanales en el que se incluyen marionetas, muñecos articulados.
En definitiva una pequeña joya que hace homenaje al cine negro, al fantástico y al cine ochentero.
Así tenemos una historia de terror fantástica con aroma al cine negro y con las virtudes de las películas de los 80. En algún tramo de su duración veremos escenas que nos recordaran a los “Gremlins” y también a algún episodio perdido de la mítica “Creepshow”.
La historia transcurre en Los Ángeles en 1948 una época en la que todo se rige por la utilización de la magia y las artes oscuras.
Un detective Harry P. Lovecraft es contratado por excéntrico millonario para que encuentre la copia robada del “Necronomicón”. Harry es uno de los pocos que se niega a utilizar la magia, más bien la detesta.
Toda la película está llena de guiños a Lovecraft, véase Chutlhu, el Necronomicón, el club llamado Dunwich Room (homenaje a su relato “El Horror de Dunwich”).
Rebosa matices bizarros, humor negro, esencia a serie B de forma entretenida y mordaz.
Martin Campbell se hizo cargo de la dirección antes de rodar unas entregas para la saga Bond.
En su reparto aparece Fred Ward (“Temblores”, “El Cuervo: Salvación”) interpretando al detective de respuestas rápidas y aguzadas. A Julianne Moore (“Hannibal”, “El Fugitivo”) en uno de sus primeros papeles haciendo de seductora cantante del club “Dunwich Room”. A Clancy Brown ( inolvidable villano de “Los Inmortales”) como un gangster sin escrúpulos.
Los efectos especiales son totalmente artesanales en el que se incluyen marionetas, muñecos articulados.
En definitiva una pequeña joya que hace homenaje al cine negro, al fantástico y al cine ochentero.