Hay que olvidarse desde ya de la frase "las segundas partes nunca fueron buenas" porque aquí no se aplica la fórmula para nada. Estamos ante la nueva película de animación de la franquicia LEGO, de la secuela de La LEGO película (dirigida por Phil Lord y Christopher Miller en 2014) que está dirigida, esta vez, por el realizador Mike Mitchell (Trolls). La segunda parte también es fabulosa, colocándose en el mismo nivel que su antecesora. Regresan todos los personajes principales de la original, a los que se les añade la reina Watevra Wa'Nabi, la general Mayhem, entre otros. Se avecinan nuevas y emocionantes aventuras para Emmet, Lucy y compañía. Sin ninguna duda, como en la primera y en la de Batman Lego, me he quedado fascinado por el trabajo visual, de toda la animación que ello conlleva y con el que se ha llevado a cabo para trasladar la historia, toda la trama, del guión a la gran pantalla en menos de cien minutos. Cuando uno ve el tráiler ya sabe lo que le espera, que se lo va a pasar muy bien y va a disfrutar como un enano mientras la está visionando. No llega a defraudar para nada, aunque hay un momento del film que ya temía lo peor, con el llamado falso final. Si en la anterior cinta teníamos la canción "Todo es fabuloso", que a más de uno o de una se le quedó pegada a la cabeza, en la que ahora nos ocupa tenemos un caso parecido con "La canción pegadiza" que, si no está a la altura de áquella, pues, poco le falta. Es muy recomendable para ver con toda la familia, los más pequeños de la casa se lo pasarán genial y los adultos pillarán muchas referencias cinéfilas, no tengo la menos duda de eso. Sobre los créditos finales, no es que haya una escena adicional como en las películas de la Marvel, pero merecen verse por lo chulos que son. Mi nota final es de 9/10.