Wisit Sasanatieng ya dio una grata sorpresa en su debut con Las lágrimas del tigre negro en el 2001, creando una película de cowboys tailandeses fuera de toda norma y género donde era difícil distinguir cuando iba en serio y cuando se estaba mofando del público.

Citizen Dog es una película un poco más personal, alejándose de la parodia para entrar en una especie de comedia romántica naive que recuerda en algunos tramos a Amélie, pero que se aleja de la película de Jeunet en muchos sentidos. Citizen Dog es una comedia con todas las de la regla, y realmente muy divertida si tienes un sentido del humor retorcido. La presentación es genial, la dirección está muy llevada y la historia te sorprende cada vez más con ideas nuevas, llevadas con mucho estilo. Explicar alguna sería estropear la experiencia, así que yo por mi parte me callo, cuánto menos se sepa de este tipo de películas antes de verlas, mejor.

Por lo demás, curioso el cameo del director Ratanaruang. Lo cierto es que Tailandia está entrando en el cine del siglo XXI bastante bien, Sasanatieng y Ratanaruang podrían ser los primeros de una nueva ola de directores. Ah, claro, y Apichatpong Weerasethakul, si te gustan las pedanterías.