Luego del gobierno militar argentino (1976 - 1983), el cine quiso expresar todo lo que no se pudo decir en épocas de censura.
Así surgieron películas valientes, interesantes, valiosas y otras que intentaron aprovecharse de esa libertad para exponer productos de baja calidad y, mediante el ardid de presentar problemáticas de adultos, dilemas vitales de sus personajes, meter el gancho de desnudos y sexo explícito para atrapar al espectador ávido de escenas subidas de tono.
Fue así que muy buenos productos agregaban siempre una escena de sexo, varias veces innecesarias, porque la moda del 'cine argentino en democracia' así lo ameritaba.
No es este el caso, porque pareciera que es al revés: poner escenas muy subidas de tono con un argumento mínimo alrededor: las idas y venidas sentimentales de la protagonista, las cuales no están desarrolladas ni trabajadas. Sólo estereotipos de sus distintas parejas: el chanta, el ardiente, el prejuicioso, el pedante, el tímido, el hippie, etc.
La talentosa actriz Alicia Zanca no pudo mostrar todos sus dotes actorales porque el director privilegió su joven cuerpo de aquel entonces.
Una pena.