Sorprende la inagotable capacidad de la BBC para producir buenas series, construir buenas y variadas historias, ricas en personajes y situaciones de lo más diversas e ingeniosas, y lo más difícil, sabiendo siempre cerrar esas historias sin dejar cabos sueltos. Además, saben encontrar nuevos actores que den vida y credibilidad a esas historias. Muy lejos de las series españolas, donde siempre, siempre, actúan los mismos.

Un matrimonio de recién casados es asesinado en Edimburgo, y su presunto asesino,sufre un accidente en las dos granjas vecinas de los padres de ambas víctimas. ¿qué le ha llevado hasta allí?
Esa misma noche muere asesinado, culpándose una familia a la otra. Padres, hermanos o abuelos tenían motivos para matarlo, por lo que hacen frente común y deciden silenciar esa muerte, ocultar el cadáver y seguir adelante con sus vidas, pese a saber que uno de todos ellos es un asesino (de ahí el título)
Nadie es quien parece, todos arrastran secretos de su pasado que irán saliendo a flote, entre chantajes, reproches y acusaciones de unos a otros.
A medida que prensa y policía posan sus ojos en las dos familias, cada vez les resultará más difícil continuar con la huida hacia delante que han emprendido. Hasta que en el cuarto capítulo se desvela todo. Sale a la luz el oscuro secreto que afectaba a las dos familias y que costó la vida a la joven pareja.

De nuevo otro gran thriller de la BBC, rodado íntegramente en el campo escocés, clima áspero y nebuloso, que da a la fotografía el halo de misterio que la producción requería.