Desde luego, cada vez que Corea, Japón o China deciden hacer una película sobre algún episodio épico de su historia lo hacen a lo grande. que derroche de medios, de extras, de maquillaje, ambientación, la recreación de las naves de la época, una mezcla curiosa ente junco y galera mediterránea, en fin, super-producción coreana muy bien lograda.

La única pega que le pongo, es que está rodada pensando en el público coreano, no me quejo del tono patriótico, sino de que no entendía de qué puñetas iba y tuve que parar la reproducción y acudir a San Google para ver de qué iba la historia. Por lo visto en la última década del siglo XVI, la renacida Japón pretendió lanzarse a la conquista de todo oriente, comenzando por Corea, y contra todo pronóstico un puñado de naves, mandadas por un gran almirante derrotó a la poderosa flota japonesa, y lo hizo más o menos como los griegos a los persas en Salamina, conduciéndolos a una trampa natural entre las islas. Además de apoyándose en su superior capacidad artillera.

La película es espectacular, sobretodo en su segunda hora cuando recrean la batalla.