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Voto de antonalva:
7
Drama A pesar de haber empezado una prometedora carrera de escritor, Ryota va de desilusión en desilusión. Se ha divorciado de Kyoko y gasta todo el dinero que gana como detective privado apostando en las carreras, por lo que finalmente no puede pagar la pensión alimentaria de su hijo de 11 años, Shingo. Ahora Ryota intenta ganarse nuevamente la confianza de sus seres queridos y formar parte de la vida de su hijo. La situación no parece ... [+]
19 de noviembre de 2016
38 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más, esta película de Hirokazu Kore-eda me recuerda el cine familiar y cotidiano de su compatriota Yasujiro Ozu. Los episodios de la cinta van configurando un tapiz lleno de colorido y tonalidades que nos habla del ser humano y sus circunstancias, de sus flaquezas y tropiezos, de sus ambiciones y desengaños, de sus sueños y errores, de sus vaporosos éxitos y de sus empecinados fracasos. Al final, la suma de todo ello es mucho más que cada una de las secuencias tomadas de forma aislada, ya que ilustran el devenir ordinario, sin necesidad de subrayados ni énfasis pomposos, dejando que los personajes se muestren poco a poco y que el espectador vaya atando cabos y completando la trama con sus suposiciones, dejando volar la imaginación.

La familia y sus vínculos – no siempre limpios o sanos – es el anclaje sobre el que gravita también esta obra. En este caso presta especial atención a la relación entre padres e hijos, tanto el difícil trato que mantenía el protagonista con su padre (figura ya para siempre ausente que ha muerto poco antes de que dé comienzo el metraje), como el deficiente nexo que mantiene con su único hijo, fruto de un matrimonio fallido. Y como argamasa reparadora la figura de la madre anciana, acogedora, resignada, paciente y comprensiva. Además aparecen otros individuos colaterales (una hermana, la exmujer, un prestamista, unos compañeros de trabajo…) que nos van desvelando los meandros de una existencia corriente que se asemeja a la nuestra y. por eso mismo, nos reconocemos en su espejo sin dificultad.

La serenidad contemplativa con que se desenvuelve la mínima acción va creando un entramado sutil repleto de matices y honduras que envuelve y seduce por el poso de verdad que deja a su paso. El drama surge de las contradicciones, carencias y querencias de los personajes, que con sus actos no siempre nobles ni afortunados van tejiendo un destino que se diluye y desvanece como gotas de lluvia sobre el mar. La ludopatía como ventana para la ensoñación; la casa de empeños como única fuente de ingresos cuando se es incapaz de soportar una realidad que nos va despojando, día a día, de certezas y seguridades; una comida familiar como encrucijada donde se dan la mano el hábito y la huida, el calor de lo conocido y el miedo a lo extraño…

Primorosa pieza llena de fineza y poder de observación. Va creciendo conforme avanza y deja todo abierto para que cada cual saque sus propias conclusiones. Ofrece un sedimento rico en sugerencias para quien las quiera descubrir.
antonalva
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