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Voto de antonalva:
8
Drama. Romance Falta sólo una semana para el 45º aniversario de su boda, y Kate Mercer está muy ocupada con los preparativos de la fiesta. Pero entonces llega una carta dirigida a su marido, en la que se le notifica que, en los glaciares de los Alpes suizos, ha aparecido congelado el cadáver de su primer amor. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2015
52 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los aniversarios son circunstancias ambivalentes que sirven para recalcar ciertos eventos. Pueden ser motivo de alegría y regocijo. Pueden causar nostalgia y melancolía. O pueden señalar un punto de inflexión, desencadenando un revoltijo de emociones difícil de ordenar y digerir. La vida es imprevisible y nosotros mismos somos difícil de prever: creemos estar habitando una dicha extrema o una felicidad serena y sin embargo basta un mínimo detalle para que todo se resquebraje. Nos preguntamos qué ha pasado, que si lo que creemos haber vivido realmente ha sido así o tan solo una ficción, fruto de nuestra credulidad o buena fe o de nuestra ceguera persistente. Porque basta una pequeña noticia, apenas un pie de página, para revolvernos las entrañas y hacernos preguntas terribles que nos corroen el alma y nos deforman la percepción de la realidad.

Estamos ante una cinta sutil y nada trivial. Plantea interrogantes complejos que no son fáciles de desentrañar ni encajar. Y lo mejor de todo es que lo hace sin apenas ruido, sin levantar la voz, sin alardes ni aspavientos, sin énfasis ni truculencias, sino centrándose en el mundo íntimo de su protagonista, a la que le cuesta sobremanera asumir que ella no ha sido el primer amor de su marido, que tuvo una historia de amor previa, antes de tan siquiera conocerse ellos y de la que tras más de cincuenta años tiene conocimiento, resurge de entre los muertos y explota en la intimidad familiar con una fiereza inusitada. Un apenas entrevisto espectro que desencadena una crisis y nos revela que nada es como teníamos la certeza que era y nos siembra la duda, la inquietud, la alarma y la congoja.

Comentar la trama corre el peligro de desvelar demasiados datos, porque si algo muestra esta cinta es que es la cantidad de información y la forma de dosificarla y revelarla es lo que convierte un episodio pretérito en una tormenta perfecta con la potencia de un huracán aniquilador que quizás pueda carcomer los cimientos más sólidos y derribar las estructuras más robustas. ¿O acaso estamos imaginando lo que no hay y construyendo castillos en el aire, rehaciendo nuestro recuerdo con jirones de conjeturas, sustituyendo certezas por cábalas, sembrando de sospechas una memoria que creíamos inamovible y firme? La insidia es el máximo disolvente.

Si les gustan las películas que transitan la ambigüedad y los matices con insolencia y descaro, no se la pierdan. También vayan a verla por la inconmensurable interpretación de Charlotte Rampling. Su última escena – un devastador baile sin diálogos – es antológica y memorable. Pura filigrana que disecciona los hondos claroscuros del alma.
antonalva
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