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Voto de antonalva:
7
Drama En un hospital de París, un joven se convierte en médico residente del ala gestionada por su padre. Le espera un arduo camino. (FILMAFFINITY)
14 de julio de 2015
30 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un escenario casi único: un hospital. Unos protagonistas divididos en dos bandos: médicos y enfermos. Una historia que se ramifica hasta completar un cuadro bastante certero de lo que significa ser médico en el trastabillado mundo actual donde los hospitales – aunque sean públicos – deben tener una racionalidad y viabilidad económica que en algunos casos parece en abierta contradicción con sus fines. Unos conflictos argumentales que no por previsibles y hasta casi prototípicos, dejan de interesar, inquietar, preocupar y hacer pensar al espectador.

Aquí no es una ideología la que toma la palabra, sino que a través del hilo conductor de un par de jóvenes médicos residentes en prácticas asistimos al afanoso devenir en el quehacer de la profesión médica, con sus luces y sus sombras, con sus limitaciones y sus grandezas, con sus dudas éticas de calado y su generoso acompañamiento humano. En primera instancia, es la historia de un aprendizaje: centrado en la profesión médica pero también a la realidad de la vida, lejos de idealismos trasnochados, muy a ras de tierra. La pasión, la entrega y la fuerza de voluntad muchas veces deben suplir la carencia de medios. Y no siempre con éxito.

También abre un debate que trasciende la medicina: que sobre la mentira no se puede construir una sociedad sana o firme, ni una personalidad autosuficiente y segura. Pero todo ello sin estridencias, sin salidas de tono, sin esquivar los claroscuros pero sin recrearse sólo en los ocres o los grises. Sabemos que la sanidad está malherida, pero los profesionales sacan fuerza de flaquezas para remediar la a veces nefasta situación. De buenos propósitos están los cementerios llenos, pero también de personas que han salvado su vida por la entrega profesional de algunos conciudadanos diligentes. Eso que algunos llaman vocación, como si bastara por sí sola para salir siempre adelante.

La cinta transmite verdad, cercanía y contagiosa verosimilitud. Parece más un testimonio que no una ficción, y que funciona como radiografía certera de unas vivencias cotidianas llenas de fuerza – aunque algo dulcificadas o con cierta idealización simplificadora, no exenta de un optimismo vital que no siempre casa bien con la burocracia imperante. Consigue lo que se propone, abre preguntas, denuncia situaciones y no se contenta con ofrecer soluciones tópicas de baratillo. Recomendable (aunque uno no desearía ser atendido en aquel hospital, por si acaso).
antonalva
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