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Voto de antonalva:
3
Ciencia ficción. Acción En el año 2159, los seres humanos se dividen en dos grupos: los ricos, que viven en la estación espacial Elysium, y todos los demás, que sobreviven como pueden en una Tierra devastada y superpoblada. Rhodes (Jodie Foster), una dura gobernante, promueve una rígida ley antimigración, cuyo objetivo es preservar el lujoso estilo de vida de los ciudadanos de la estación espacial. A pesar de ello, los habitantes de la Tierra harán todo lo ... [+]
27 de agosto de 2013
22 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los buenos son muy buenos (y pobres, claro) y los malos son muy malos (y ricos, claro). La vida es muy perra en la tierra y muy excelsa en el cielo y si bien los ricos (y malos) tienen políticos y elecciones, los buenos (y pobres) no tienen estructuras representativas… ¿porque no las necesitan al ser tan tremendamente buenos y estar, claro está, oprimidos por los burdos ricos y escapistas?

No sabemos nada de la psicología de los protagonistas (bueno, del protagonista, encarnado con más entusiasmo que logro por un adiposo Matt Damon), salvo breves retazos de la infancia que tratan de EXPLICAR el descarriado día a día que le ha llevado al callejón sin salida en el que se encuentra, desahuciado, enfermo, abocado a revelarse o morir. Su antagonista es una perversa y pérfida némesis, política sin escrúpulos (y muy rica, claro), dictadora en ciernes, amante de la violencia y la eliminación personal como sustento de un esclavismo cutre, mugriento e insalubre. Es una pena que el inmenso talento y la magnética presencia de Jodie Foster no tengan mayor protagonismo, ni se le saque más partido, porque ella es lo único interesante de esta presuntuosa y enfática cinta.

Es de elogiar que una película de ciencia ficción intente reflexionar sobre temas sociales y políticos (sería deseable que todas las películas lo hicieran de una u otra forma), pero es una pena que la brocha gruesa que utiliza para pintar a los caracteres, la nula sutileza de la trama, le risible e inverosímil ñoñería de su desenlace, le reste toda credibilidad y trascendencia, que la narración sea tan risible como plana, que tanto ruido encubra tan pocas nueces y tan nulos frutos.

Para hablar de los GRANDES VALORES sobre la VIDA hace falta algo más que un catálogo aberrante de tópicos, un presupuesto holgado que permita reflejar un pavoroso mundo imaginario o una ideología de parvulario que traslade sin los prejuicios y tópicos de rigor (los ricos son malos y tiranos por el mero hecho de tener dinero, los pobres son todos buenos por ser pobres y estar, necesariamente, explotados). Tópico anticapitalista tan burdo se desmonta con dos clases de economía (y alguna reflexión), pero no creo que el director y guionista lo necesiten para nada: tiene dinero de sobra para meterse con la mano que le da de comer y eso le basta. Un proyecto fallido por aburrido, falaz e inane.
antonalva
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