Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
8
7,8
8.097
Documental Tras el golpe de estado militar de 1965, el general Suharto ocupó el poder en Indonesia. A continuación llegó el genocidio: miles de comunistas, reales o presuntos, fueron asesinados por los escuadrones de la muerte indonesios. Unas décadas después, se les pide a dos de los más sanguinarios mercenarios de la época -ellos se hacían llamar "gángsters"-, Anwar Congo y Herman Koto, que participen en una película en la que recreen los ... [+]
8 de septiembre de 2013
58 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pone los pelos de punta contemplar como asesinos irredentos hablan como si tal cosa de sus crímenes y atrocidades de hace medio siglo como si con ello hubieran realizado un favor inevitable a su país (Indonesia) y a la humanidad. Esa total insensibilidad hacia sus víctimas, esa perturbadora y perturbada noción de que matando al prójimo (que piensa diferente, que es diferente o que tiene la nacionalidad o etnia ‘equivocada’) se está limpiando y mejorando el paisaje social. No resulta fácil contemplar tanta impasible demencia – delante de sus familiares, de sus correligionarios o de su pueblo – y tanta falta de remordimiento o de culpa.

Pese a que este documental no muestra ninguna atrocidad ‘real’, sino que se limita a hablar sobre ellas o a recrear de forma fantasiosa o fantástica aquellas notorias vicisitudes, no es para almas sensibles ni para estómagos delicados visionar durante dos horas el infierno encarnado en tus semejantes, tan lunáticos, tan monstruosos, tan obstinada y pertinazmente locos.

Entre esta galería de los horrores hay personajes deleznables que supuran mezquindad y demencia a la legua, aunque también hay alguno que parece sentir y tener cierto corazón y un mínimo de sensibilidad y que a punto está de reconciliarnos con la humanidad, pero uno teme que solo sea un espejismo y que a la primera de cambio renueve su vesania y encuentre una excusa banal para matarte o destrozarte la vida.

Lo dicho: un documental desasosegante, enfermo y extravagante que fascina y repele a partes iguales, que se ve con espantado agrado gracias a la sabia elección de los personajes y a que deja que entre algo de ficción y desvarío (el montaje de un inverosímil musical, con travesti inesperada incluida) que aligera y alivia el dañino tono lúgubre y repugnante que supura su metraje. Un ejercicio brillante en mostrar la locura humana y sus múltiples manifestaciones: necesario, brillante, aterrador e imprescindible pero poco gratificante.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow