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Voto de antonalva:
7
Thriller. Drama En Brooklyn, un solitario camarero rescata a un cachorro de un cubo de basura. Sus problemas empiezan cuando aparece el dueño del animal, un hombre con problemas mentales que, además, está involucrado en una conspiración criminal que se planea en el bar en el que trabaja el camarero. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2014
89 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un estudio caracterológico de cierto comportamiento humano – digamos que extremo o psicopático – dentro de un ambiente marginal y pre-mafioso o abiertamente delictivo. En una comunidad de los arrabales portuarios de Brooklyn, impregnado de crimen organizado, extorsión y poco respeto por la integridad física o material, cada gesto está encaminado a demostrar quién es el amo del cotarro y quién debe de seguir las órdenes del capo de turno. Aquellos que se salen del guión preestablecido corren el riesgo de sucumbir a un ajuste de cuentas o a tener que justificarse con dinero, dolor o aniquilación. Es la ley del más fuerte, del más diestro en el manejo de las armas, el expolio y la venganza.

La sabiduría popular lo afirma: ‘perro ladrador, poco mordedor’. Porque no se trata de alzar la voz o de parlotear de más o de meter bulla y llamar la atención. Sólo se requiere un objetivo claro, voluntad de alcanzarlo, determinación en conseguirlo, contundencia al llevarlo a cabo – y pasar página. Porque la vida no es bravuconada palabrera, sino acción. Quien sólo amaga está condenado al fracaso. Limitarse a ejercer la violencia con la novia o con el cachorro ocasional, tiene una espada de Damocles rondándole el pescuezo. Este es el marco en el que se desenvuelve este thriller del hampa de barriada, donde las pequeñas metas son premonición de la tumba que nos estamos o nos están cavando, sin remisión.

La puesta en escena es sobria, casi espartana, y el espectador deberá hilar los cabos de una tenue trama de gestos, insinuaciones, sobreentendidos y chanchullos que parecen abocados al fracaso o la parodia, pero que va muy en serio. El que se mueve o desentone o llame la atención no sale en la foto. Por ello es importante saber quién es quién y conocer sus historias, porque atar cabos, sacar conclusiones certeras, es parte de la supervivencia cotidiana cuando no hay policía que te proteja ni familiar que te ampare. El vaivén cotidiano parece nublarnos las entendederas cuando no somos capaces de entresacar lo relevante y descartar la artimaña zalamera. Sobrevivir es ser minucioso y paciente.

No es una película de acción trepidante, ni de persecuciones, ni de escenas de impacto. Pero es un soberbio thriller que en su atmosférico guión minimalista (de Dennis Lehane) ofrece un afilado retrato del crimen barriobajero, cortante y sibilino, tajante y letal. Excelente obra que presenta a un Tom Hardy pletórico y despide a un añorado James Gandolfini.
antonalva
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