Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
7
Drama Jin se encuentra atrapado en Columbus, Indiana, donde su padre arquitecto está en coma. Allí conoce a Casey una joven de 19 años, bibliotecaria y muy apasionada a la arquitectura que quiere quedarse en la ciudad con su madre, una adicta que se está recuperando, en lugar de perseguir sus sueños. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2017
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces se nos olvida que nuestra vida se encuentra enmarcada en el espacio y que ordenar dicho espacio suele ser la tarea de los arquitectos. Y en el cine la situación se vuelve aún más rebuscada y confusa, ya que los personajes se mueven en un entorno - real o fingido - y la mirada del director se presta a fragmentar y reconstruir a su libre albedrío aquello que considera relevante, dejando fuera (de campo) los desechos o descartes, según su criterio y antojo. Pocos han sabido entender mejor esta diáfana simpleza que el maestro nipón Ozu, tan insustituible como incomprendido, tan inmarchitable como necesitado de una inmediata revisión.

Este sencillo relato sobre la finitud, la belleza, la pasión, las simetrías, el olvido y las segundas oportunidades nos confronta, a su manera, con todo un fascinante catálogo de imágenes: tan sutiles como primorosamente elaboradas, tan sobrias como complejas, tan hermosas como filosas, tan elípticas como profundas. Pocas veces he visto en el cine occidental una mirada en apariencia tan despegada y fría, bullir y alborotarse por todo lo que las palabras ocultan y disimulan - porque se pasan las casi dos horas sin parar de decirse naderías - y que un espectador atento sabrá discriminar y calibrar en su justa medida, comprendiendo que la vida es un mero jeroglífico de proporciones y medidas... Encontrar el equilibrio es la incógnita a despejar.

Quizás adolezca de muchos tics del cine independiente yanqui, pero también es verdad que en este caso sus limitaciones y modestia juegan a su favor. Pocos personajes, estudiadas elipsis y opacos silencios: todo suma y nos ofrece un acerado estudio sobre el temor cotidiano, sobre el mundo que habitamos, sobre los fantasmas que nos acechan y las pesadillas que nos encadenan, sobre los sueños que desatendemos y los cigarrillos que compartimos por cortesía (o ilusión)...No hay mayor pérdida que las oportunidades negadas. Arriesgarse es vivir y hablar nos ayuda a dar el salto mortal.

La vigencia de Ozu no se limita al mínimo espacio de esta reseña... Redescubrirlo es abrirse a una arquitectura misteriosa, indescifrable e infinita.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow