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Voto de antonalva:
7
Drama En las afueras de la Bratislava de 1983, en los últimos años del gobierno comunista, la camarada Maria Drazdechová, viuda y maestra de escuela con buenos contactos, llega a su nueva clase. Con su cuadernito de cuero negro repleto de información útil sobre la situación laboral de los padres de sus alumnos, Maria, la profesora sin escrúpulos de sonrisa permanente, teje una intrincada red de corrupción y favores personales poco comunes, ... [+]
23 de abril de 2017
30 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos rasgamos las vestiduras cuando nos encontramos con las tan nauseabundas como recurrentes corruptelas políticas en las que se desfalcan o saquean dineros públicos para el enriquecimiento personal o para el beneficio de unos pocos gobernantes en detrimento del bienestar y de la justicia, sin darnos cuenta que dicha ocurrencia puede tomar muchas encarnaciones diferentes – no siempre asociada con presupuestos rimbombantes o importes astronómicos – y que lo peor es la indefensión en la que quedan las personas corrientes cuando la nomenclatura política o el ordenamiento social impiden amparar a los individuos comunes ante los atropellos de los jerarcas de turno, protegidos por el sistema y el temor ante sus represalias que pueden desencadenar de forma arbitraria o flagrante.

Esta claustrofóbica y kafkiana película eslovaca nos muestra la insidiosa impunidad del envilecimiento coercitivo de una forma de soborno tan atroz como en apariencia inmune a la justicia, escudado por un ordenamiento político que favorece a los jerarcas del partido dominante (o único) frente a la libertad y autonomía de las personas. Nada nuevo, pero presentado con una rabiosa pertinencia y claridad que nos hiela la sangre y nos revela cómo ciertas personas saben utilizar y manipular los hilos de la nomenclatura en beneficio propio y en detrimento del cabal funcionamiento de las instituciones, socavando la convivencia pacífica y el desarrollo y bienestar de los ciudadanos.

Porque enfrentarse a la injusticia es confrontar al poder constituido y estar, por ello, abocados al fracaso lacerante y al antojo campante y arbitrario de la venganza. Esta cinta está construida como un primoroso ejercicio de estilo, es un rompecabezas que descoyunta y fragmenta la trama – como si de un filme policiaco se tratase – y nos recompone la historia entre sutiles repeticiones e inesperados paralelismos que van revelando la intrigante maquinaria del aparato burocrático omnímodo que aplasta cualquier disidencia y propicia todo abuso bajo el amparo del poder y la coerción policial. No sólo es una denuncia del despotismo penoso de un régimen comunista, sino de cualquier otro totalitarismo que anula la oposición y ahoga la diversidad y libertad individual en aras de un supuesto e intocable bien común supremo y abstracto.

Y lo peor es que las malas prácticas permanecen aunque cambien los sistemas, ya que las personas son fieles a sí mismas y su afán por aprovecharse del prójimo perdura más allá de los simples cambios cosméticos oportunistas, ya que los gerifaltes tienen la rara habilidad de sobrevivirse a sí mismos y perpetuarse en las altas esferas, mutando de pelaje pero conservando su torvo autoritarismo intacto. Lobos con piel de cordero capaces de travestirse según convenga para saquear sin remordimiento ni descanso. Desoladora pieza de denuncia que radiografía un pasado aún presente.
antonalva
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