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Voto de antonalva:
7
Drama. Romance En París, en 1971. Delphine conoce a Carole. La primera, hija de campesinos, se muda a la capital para alcanzar la independencia económica y ser dueña de su propia vida. La segunda tiene novio y vive felizmente los comienzos del movimiento feminista. A Delphine, misteriosa y reservada, le gustan las mujeres. Carole ni se plantea esa posibilidad. De su encuentro surge una historia de amor que desequilibrará sus vidas al tropezar con la realidad. (FILMAFFINITY) [+]
29 de junio de 2016
36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francia, 1971. En el aire hay un aroma a contestación, protesta e inconformismo que son los ecos reivindicativos de la década anterior cuando surgió con fuerza y se hizo visible – en occidente – el movimiento de liberación de la mujer o el de las divergencias sexuales. Y si bien la cinta refleja con precisión y acierto el bullicio vocinglero y demandante de aquella época donde se cuestionaban entre algarabías variopintas los valores tradicionales de la sociedad patriarcal y machista, estamos en realidad ante una historia entrañable e intimista que es un canto al amor y a la libertad entendidos como aprendizaje arduo, súbito e impetuoso que desboca los sentimientos y altera nuestras vidas.

Uno de los grandes aciertos es el tono entre melancólico y arrebatado que impregna todo el metraje. Se centra en la búsqueda de la propia identidad sexual y afectiva, en la construcción de la persona y su personalidad, su carácter y su vida. Es una ficción primorosa y detallista que, sin embargo, tiene ecos de crónica íntima, casi documental, sobre cómo hacerse un hueco en el mundo y la sociedad en que nos ha tocado vivir. La importancia del lugar de dónde somos, la familia a la que pertenecemos, las personas a las que conocemos y nos acompañan y a las que nos sentimos vinculados por parentesco, afecto, afinidad o amor. Todo ello sujeto al momento histórico en que se desarrolla y toma cuerpo, con dulzura pero sin mojigatería, con serena observación que no elude las contradicciones ni los desaciertos, pero que no echa culpas ni cargas las tintas.

Somos la suma de nuestras decisiones, con sus aciertos y sus yerros, con sus luces y sus sombras, con sus contradicciones irresolubles e infortunios sobrevenidos. Y el compás de cada persona es diferente y muchas veces esa arritmia vital y descoordinación emocional echa por tierra las historias más intensas o hermosas que tenemos la dicha de encontrar a nuestro paso y que configuran nuestra inapelable biografía entre quebrantos y alegrías, entre ilusiones y penalidades. Podemos acariciar con la yema de los dedos el sueño de la felicidad compartida que, sin embargo, se nos escapa en un parpadeo inadvertido o en el recodo de un camino que se bifurca sin remedio. Y dejar atrás lo más querido y deseado por miedo, por inseguridad o por ofuscación de los sentidos.

Una hermosa historia de amor llena de claroscuros, rebeldía y sumisión. Hay una química evidente entre sus dos protagonistas que redondean y completan la historia con su sola presencia. Un delicioso cuento agridulce, de una luminosidad seductora.
antonalva
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