No es fácil empezar en el mundo del cine y esta es una muestra de ello. Una película con aciertos que se ve lastrada por detalles que hacen que el mensaje se difumine y pierda interés y se aleje de aquello que se quiere contar.
Lo que comienza pareciendo una intriga surrealista pasa directamente a configurarse como una búsqueda que en algunos momentos pierde el norte y el sentido. La forma de sumergirse en lo sórdido y la experimentación de Ana y su huida hacia no sabe donde, se pierde, y lo hace porque no engancha en un principio con un giro que no genera ninguna intriga por lo inverosímil y por el rápido abandono de la Ana de por el día. Y este es sólo un dato que se repite de continuo lastrando los aciertos que son sin duda la buena interpretación de los actores que sostienen la película, la estética, la fotografía y algunos planos que recuerdan películas de los 70.
Por lo demás, se deja ver, pero no engancha, no sorprende y se olvida rápidamente pues no aporta gran cosa a lo que un espectador está acostumbrado a ver, o sea, más allá de la intención y la historia, un mejor acabado y una mayor sensación de que aquello que se intenta funciona como se pretende. Y eso no sucede en esta película.