Pues en definitiva, pasas un rato viendo de nuevo como la gente rica de verdad lleva el peso de sus insustanciales y snobistas rutinas...lo que genera en parte envidia (debe molar poder hacer o gastar lo que uno quiera sin preocuparse por la hipoteca, la luz,...) y, por otra penita (no hacer nada que no sea ir de compras, vacaciones lujosas y asistir a fiestas debe ser francamente cansino; no hay si asomo de interés intelectual o reflexivo en absolutamente ningún personaje) por no hablar de lo insoportables que son algunos de los estereotipos de posh que se dedican a enseñarnos durante toda la cinta. Luego están: la típica amiga modesta, trabajadora y honrada; la pareja de tontos del haba; los padres divorciados (se enseña uno de cada lado para que no haya quejas...) que se echan/compran novios/as bandarras 20 años menores; los padres siempre ocupados trabajando o pegándose unas vacaciones de muerte que pasan de sus hijos, toman tropecientos tipos de pastillas pa los nervios y pa lo que no son los nervios y que, cuando sus retoños se les hacen demasiado indomables, les envían a un internado, a un reformatorio o, simplemente, dejan que la poli se encargue de ellos. No se ve nada que no se haya visto en otras películas de estas que pretenden "denunciar" lo malísimo que es vivir así, las drogas, la mala vida, las malas compañías pero...cuyo resultado es más intencional que efectivo en cuanto a mover a la reflexión o conmover. Desfilan muchos actores pero, ninguno causa especial conmoción y, su papel podría haberlo hecho cualquier otro que se ajustara a la edad sin que se notara mucho (ya los de vestuario, peluquería y maquillaje se encargan de que des el perfil). Pese a contener temas y escenas dramáticas (alguna que otra rozando el surrealismo), tampoco es que te llegue, al menos a mí. Conclusión: que parece que lo que mola es veranear en los Hamptons, ir a Harvard e ir a fiestas... aunque quizás haya que elegir cuidadosamente antes de ir a cualquiera la próxima vez... Muy superficial.