A medio camino entre Lars von Trier o, el cine surrealista y rarito en general, lo que está claro es que se cumple el tópico de que, no deja indiferente. Morbosa e insana pero, esclarecedora en muchos aspectos, no creo yo que sea pretendidamente intelectual o gafapasta. Yo no soy ninguna lumbrera pero, soy humana y, no puedo evitar plantearme ciertas cosas cuando la veo. Ninguna mente puede considerarse preclara por sacar las conclusones más transparentes; como el poder de la manipulación y, lo tremendo del oscurantismo y la ignorancia obligada. Por el hecho de que otros, con mayor o menor fortuna hayan tocado este tema, no debemos caer en el esnobismo de rechazar nuevos puntos de vista. Otra cosa será que, el resultado te convenza. Pero intentar tildar nuevas versiones de estas preguntas y cuestiones que tantas veces han sido tema de debate y, lo seguirán siendo, no es la mejor manera de lograr sacar algo en claro o, de plantear nuevos interrogantes, generando así un inetresante debate. Amén de que, puede que otros no hayan visto las otras maneras (pelis, libros, ensayos,...) de tratar el tema. Si fuera así, no habría casi ningún asunto que exponer pues, casi todo se ha dicho ya a estas alturas.
Dicho esto, hay escenas impactantes, otras de ironía fina y, otras morbosas e incómodas. Cada uno las vivirá como pueda o como, sienta pero, innegablemente, son necesarias para meternos en la manera de vivir de esta friky-family en versión griega. Ni que decir tiene que, nadie en su sano juicio considerará a estos padres un modelo a seguir en materia educativa; por mucho que en el fondo, su justificación malsana sea la de proteger... Que tus intenciones sean buenas, no justifica cualquier camino para lograrlas. Sólo los dictadores piensan que es la mejor manera...