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Voto de Quatermain80:
7
Drama Una mujer casada esconde a su ex amante, que acaba de escapar de la cárcel, en su casa de Londres. Está tan descontenta con su aburrido matrimonio que empieza a sentir que renace su antiguo amor por él. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2015
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las primeras películas realizadas por Robert Hamer, quien un par de años después dirigiría la comedia “Kind Hearts and Coronets” (“Ocho sentencias de muerte”), su mejor película y por la que es merecidamente recordado. En el presente caso aborda una peculiar mezcla de drama, retrato social y thriller, también bastante insólita en el habitual repertorio genérico de los célebres estudios Ealing, por lo general asociados a la comedia.

El filme nos propone, fundamentalmente, un retrato bastante certero de la realidad de las clases populares del East End londinense en los años de posguerra, la cual es mostrada a través de una serie de pequeñas historias más o menos entrelazadas, ya sea por compartir personajes o acontecimientos. Casi toda la acción transcurre en un lluvioso domingo en el que a las actividades más o menos cotidianas se va a sumar un suceso excepcional, como es la evasión de un preso. Ello afectará especialmente a la familia Sandigate, y más en concreto a Rose, quien antes de casarse con su actual esposo mantuvo relaciones con el fugitivo. En cierto modo esta familia sirve de eje narrativo de la película, pues lo que les acontece a sus distintos miembros sirve para introducir otras historias o preocupaciones, e incluso algunos flashbacks.

Así, en el equilibrio entre el drama social y el thriller pesa más lo primero que lo segundo, y me parece clara la voluntad del realizador y los guionistas (el propio Hamer y otro conocido director de la Ealing, Henry Cornelius) de poner el acento en el retrato de una sociedad confusa, en la que proliferan la insatisfacción, el engaño y la hipocresía, al tiempo que acecha el delito, ya sea mayor o menor. Otra cosa es lo acertado o no de esta construcción un tanto fragmentaria; ciertamente hay historias mejor o peor construidas, y si alguna puede parecernos más bien innecesaria, otra puede parecernos insuficientemente cerrada. Creo que esto es deliberado, pues sirve para enfatizar la desorientación general de la época y clase social aquí representadas, al tiempo que permite al realizador ampliar el foco, y no limitarse a la narración de la huida de un fugitivo.

Aunque la narración se centra en unos pocos espacios, es destacable la autenticidad con que estos son recreados, ya sea el modesto interior de las viviendas, el acertado ambiente callejero del mercadillo dominical o ese mundo de evasión masculina que parecen conformar los pubs. Todos estos ámbitos encuentran su adecuada correspondencia en una variada gama de personajes, todos ellos bien concebidos e interpretados, a pesar de que el papel de muchos de ellos es mínimo. Es una virtud del guión conseguir definirlos eficazmente con tan pocas frases o acciones, haciéndolos creíbles en todo momento.

Tal vez pueda pensarse que el tramo final del filme gira claramente hacia el thriller, y que esa transición sea un tanto brusca, pero ello se compensa por la brillantez formal del mismo, caracterizado por una narración visual sobresaliente, en la que la fotografía de Slocombe (otro clásico) alcanza cotas de verdadera excelencia.

En conclusión, y aun aceptando que la película tiene sus debilidades, debe valorarse su ambición entonces casi pionera por acercarse de forma crítica a unas realidades hasta entonces poco abordadas en el cine británico, y que indudablemente tendrían un largo y fructífero desarrollo posterior.
Quatermain80
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