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Voto de Quatermain80:
8
Drama. Terror S.XVII. A una apartada localidad llega un sacerdote católico con el objetivo de exorcizar a las monjas del convento de dicha zona, supuestamente poseídas por distintos demonios, y encabezadas por su superiora, conocida como Madre Juana de los ángeles. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2010
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Insólita y audaz película del polaco Kawalerowicz, que partiendo de un suceso real ocurrido en Francia en el siglo XVII, logra construir una hermosa reflexión acerca de los dilemas fundamentales que afectan a las personas, especialmente la tensión íntima entre carnalidad y espiritualidad y cómo la imposición de dogmas ahoga la libertad y conduce a la destrucción.

El filme explora recurrentemente la artificial separación que todas estas cualidades humanas experimentan en un convento de monjas en el que se han dado posesiones diabólicas; así, el estado de posesión induce en las monjas una sensación de libertad, de carnalidad, que según el dogma es lo contrario que deben sentir, pues ellas han de ser todo espíritu, todo fe entregada a dios. Tras el fracaso de cuatro exorcistas, será un quinto, el padre José, quien intente poner solución, centrando sus esfuerzos en la madre superiora, Juana de los Ángeles. Sin embargo pronto verá convertidas sus certezas en dudas, al no poder reprimir los sentimientos impropios que la superiora le genera.

Además del interés y profundidad del argumento, la película destaca también por su lograda estética, marcada tanto por la desnudez y vacuidad de decorados y localizaciones (paisaje árido, interiores fríos, ausencia deliberada de mobiliario) como por la expresividad de los rostros, que llena los abundantes primeros planos. Hay secuencias verdaderamente hermosas, como la del exorcismo en la Iglesia, en la que la puesta en escena y las interpretaciones de las monjas (sólo gestos y movimientos) resultan espectaculares. También lo es la primera vez que se nos muestra poseída a Juana (prodigiosa interpretación de Lucyna Winnicka), que mira directamente a cámara y transforma radicalmente su rostro y movimientos, si antes cautos y reposados ahora furtivos y sensuales.

Por tanto, una obra que aborda las dualidades del ser humano, interés al que no es ajena la división de la acción en dos ámbitos, como son la posada y el convento, y que elabora una conclusión crítica y pesimista, en la que el peso del dogma impone sacrificios inútiles, condenados a perecer frente al desencadenamiento del amor y la inevitabilidad de la confusión y de la muerte.
Quatermain80
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