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Voto de Quatermain80:
7
Drama. Thriller Sadiel, un destacado líder rebelde norteafricano, se ha refugiado en Suiza tras el triunfo de un golpe de estado en su país. Desde el exilio, organiza una oposición democrática contra la dictadura de su país. Consciente de la amenaza que Sadiel representa, el coronel Kassar se pone en contacto con los servicios franceses para que lo eliminen. Film basado, aunque no haya ninguna referencia explícita, en el caso de Mehdi Ben Barka, ... [+]
25 de julio de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la línea del cine político explícito tan en boga por aquellos años y hoy casi olvidado o inexistente, esta película de Boisset aborda con gran afán de esclarecimiento la gestación y desarrollo del secuestro y posterior asesinato de un líder político izquierdista del Magreb (sin mayor concreción) a manos de los servicios secretos de su país de origen, con la aquiescencia y colaboración tanto de los franceses (SCEDE) como de los estadounidenses (CIA).

Aunque como es lógico se dramatiza el caso para hacerlo más cercano al espectador -introduciendo personajes ficticios o alterando algunos reales-, el filme trata del célebre asunto Ben Barka, un líder izquierdista marroquí "desaparecido" en París en 1965, adonde había acudido para participar en el rodaje de una película documental sobre el Tercer Mundo ("¡Basta!", que iba a ser dirigida por Franju, el autor de la excelente "Ojos sin rostro"). Boisset y Semprún -responsable del guión- realizan una aproximación de corte documental, apenas cambiando nombres y omitiendo algunos datos, al tiempo que introducen en la historia adecuadas dosis de thriller y suspense (algo que ya había hecho Semprún muy bien en sus anteriores guiones para "Z" y "La Confesión", ambas de Costa-Gavras).

Así, la película goza en todo momento de un aire de veracidad muy favorecido por su excelente desarrollo narrativo, que mantiene en todo momento el interés del espectador, que asiste a la minuciosa y perfecta puesta en movimiento de todos los engranajes del poder destinados a la eliminación de un elemento incómodo e "inutilizable" (así lo califican dos personajes del filme). En este sentido la película es un excelente testimonio de la cara menos conocida de la Guerra Fría, que se desarrollaba habitualmente por medio de operaciones de este tipo, afectando frecuentemente a opositores de uno u otro signo, muchas veces pertenecientes a países del Tercer Mundo, como es el caso. Las dosis de thriller, recurso habitual en este cine político de inspiración italiana (pensemos en los filmes de Rosi, Vancini, etc), son sugeridas mediante secuencias sin diálogo, en las que la cámara sigue minuciosamente los movimientos y preparativos de los personajes, hábilmente subrayados y dramatizados por la música de Morricone (esto es muy notable en las secuencias que preceden al secuestro).

Con una fotografía bastante apagada pero realista propia del género y de la época y un reparto excepcional (sólo repasar la lista de intérpretes impresiona) en el que predomina la contención y la sobriedad, la película deja en el espectador un poso de amargura y desesperanza, pero es al tiempo un testimonio valiente y comprometido que nos anima a recordar en estos olvidadizos tiempos a todos aquellos "desaparecidos", verdaderas víctimas de una guerra que se libraba en extraños campos de batalla, y a resguardo de las siempre indiscretas e incómodas miradas de los ciudadanos.
Quatermain80
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