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Voto de Quatermain80:
8
Drama. Romance. Thriller Un desertor del ejército francés (Jean Gabin), llega a Le Havre -una ciudad permanentemente envuelta en la niebla-, para huir en barco. Conoce a Nelly (Michèle Morgan) en Casa Panamá, un garito del muelle, y simpatizan de inmediato; ella es una joven de 17 años tiranizada por su tutor, Zabel (Michele Simon), un hombre extraño que mantiene tratos con un grupo de jóvenes que juegan a ser mafiosos. Uno de ellos acosa a Nelly, y Jean lo ... [+]
19 de octubre de 2009
37 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este filme, adaptación de la novela original de Pierre MacOrlan a cargo del gran Marcel Carné y del no menos grande guionista Jacques Prévert, asistimos al encuentro de un grupo de personajes sumamente atractivos, que constituyen el principal acierto de la historia.

Dicho encuentro tiene lugar en la barraca de Panamá, un local clandestino situado junto al mar, en Le Havre, y que se erige en refugio de unos seres que huyen, cada uno de algo distinto, y cada uno a su manera. Jean (Gabin) escapa de su deber como soldado, y encuentra en este curioso local la inesperada solidaridad de un borracho que roba licor en los muelles, un pintor con tendencias suicidas y la del propietario, "Panamá", que parece haber huído ya anteriormente, conformándose ahora con sus recuerdos. También en este lugar conoce a Nelly (Morgan), de la que se enamora, pero que al tiempo le involucra en un conflicto de celos con unos personajes de mala catadura.

La película posee un tono pesimista y ligeramente angustioso que nunca afloja, y que es perfectamente transmitido por los personajes anteriormente citados. Aunque no he leído la novela original, sí he podido leer otras obras de MacOrlan (entre ellas "La Bandera", también llevada al cine, como bien señalaba una crítica anterior), y por ello puedo afirmar que la adaptación ha recogido perfectamente ese ambiente canalla y algo sórdido que es común en dicho autor. El guión es soberbio, con gran carga poética, como es lógico en el caso de Prévert, que alcanza en esta ocasión un alto nivel, acaso sólo superado en la posterior "Los niños del paraíso", también con Carné tras la cámara.

La bruma, omnipresente al principio y al final del filme, así como en las secuencias nocturnas, refuerza esa sensación pesimista y sombría que ya incorporaban los personajes, todos ellos magníficamente interpretados. Por tanto, la estética escogida por Carné se ajusta perfectamente al tema central de la película, que se beneficia también de una cuidada puesta en escena, notable especialmente en la secuencia del local de "Panamá".

Por último, recordar a propósito de las huídas y solidaridades que caracterizan este filme, la que protagoniza el perro vagabundo, salvado al principio de la película por el soldado, y que por ello se mantendrá a su lado hasta el brumoso y agridulce final.
Quatermain80
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