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España España · Piedrabuena
Voto de Kirry Burrio:
8
Terror. Thriller Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras subir a los cielos con Drive y bajar a los infiernos con Only God Forgives, Nicolas Winding Refn –genio para algunos, mediocre para otros- regresa a la gran pantalla con The Neon Demon, esta vez con Elle Fanning como protagonista, sustituyendo a Ryan Gosling. ¿Habrá estado a la altura? En mi opinión SÍ.

Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.

Bajo esta premisa, Winding Refn compone un macabro relato sobre el mundo de la moda y el precio de la fama. Pero regresemos al principio, a los primeros compases del filme. ¿Qué es lo que llama la atención? Una vez más, la escena, el hiperrealismo que hace gala este director en cada una de sus obras. Fanning aparece tumbada sobre un sofá, repleto de sangre; o como diría Jep Gambardella: “Sí, es todo un truco”. Puro montaje.

Fanning despierta, se limpia la sangre y la invitan a una fiesta. “¿Tú a quién te follas?” le preguntan. El precio de la fama conlleva pecados carnales, ¿y quién es responsable de tales actos? Fácil, el hombre. El varón, idealizado como ser opresor que viola de una forma u otra a las jóvenes e ingenuas futuras modelos, que lo ven como un aliado que les tiende la mano. Un ser espirituoso que otorga la oportunidad de alzarse a los cielos. Pero el cielo sólo tiene un asiento disponible, y ese asiento tiene fija su mirada sobre una persona: Jessie, nuestra protagonista. La mujer, idealizada como esclava de unos pocos o diosa de muchos, repleta de purpurina color oro para gobernarlos. Una diosa que ejercerá su breve mandato sobre clones de ella misma, duplicados gracias a los poderes de una poderosa magia: la cirugía estética.

¿Y qué supone la gloria? Fama, deseo, anhelo, envidia. El triunfo de lo natural no es absoluto frente a lo artificial, que perseguirá y atormentará a aquello que posea el don: el don de la naturaleza, el don de la ¿fortuna? Las ratas que mirarán serán las mismas que comerán tus restos. Felices y contentas por obtener la bendición, el poder de lo divino. Pero no todos están preparados para ello, y lo mismo que perseguirás te acabará consumiendo. Y mientras tanto, tus compañeras -aquellas con las que habías compartido codicia- esperarán, ansiosas, tu derrota. El ojo que todo consume.

El cine como expresión, como crítica, como deseo, como movimiento. El cine como arte. El cine como The Neon Demon, de Nicolas Winding Refn. Gracias.
Kirry Burrio
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