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Esta esclarecedora mirada a la creciente industria de los dispositivos médicos revela cómo la premura por innovar puede acarrear terribles consecuencias al paciente. (FILMAFFINITY)
29 de julio de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud español están catalogados en boletín oficial del estado, 700 largos tipos distintos de implantes internos. Me figuro que fuera de él , entre la práctica privada de la medicina existirán bastantes más métodos e implantes internos experimentales que a juicio de los gestores públicos no se pueden asumir económicamente por el sistema nacional de salud o no tienen una eficacia probada.
El aumento de la esperanza de vida de la población desgraciadamente no va pareja a la evolución biológica del ser humano, así que no queda otra que "ir ayudando a la naturaleza" con la intervención de la mano del hombre para todo eso sea algo sostenible.
Sin llegar a edad avanzada, ya en la madurez, es bastante probable que se deba echar mano de alguna ayudita externa en forma de implante interno y toda intervención quirúrgica conlleva riesgos, posibilidad de complicaciones, efectos secundarios y a veces accidentes.
El paciente tiene derecho con toda la información posible a tomar la decisión sopesando los riesgos. En el consentimiento expreso que deben firmar se suelen enumerarse y por consiguiente de aceptarlos el paciente los asume, eximiendo a los profesionales de responsabilidad en caso de que haya esas complicaciones de las que se es informado.
En la industria médica se ha abierto una nueva línea de negocio que va adquiriendo protagonismo que es el de "la industria de dispositivos médicos", que ya ha eclipsado a la todopoderosa industria farmacéutica, pero que al contrario que ésta carece de controles rigurosos lo que ha dado pie a que procedimientos extendidos entre los profesionales de la medicina tengan un porcentaje de complicaciones demasiado importante. Eso hace que el mismo dispositivo, su introducción y su posterior control se pongan en tela de juicio y que generen una poderosa alarma social por las controversias.
Y es que la diferencia entre los efectos adversos de un medicamento y los de un dispositivo médico es que en el primer caso puede ser suficiente con la retirada de la administración del medicamento e igual contrarestando sus efectos se sale del paso, mientras que para restablecer el estado de cosas anterior a la implantación de un dispositivo mediante una intervención quirúrgica en caso de ser posible (que a veces no lo es) se debe volver sobre los pasos dados, asumiendo secuelas y por supuestísimo intervenir de nuevo, lo que conlleva asumir nuevamente más riesgos.
El aumento de la esperanza de vida de la población desgraciadamente no va pareja a la evolución biológica del ser humano, así que no queda otra que "ir ayudando a la naturaleza" con la intervención de la mano del hombre para todo eso sea algo sostenible.
Sin llegar a edad avanzada, ya en la madurez, es bastante probable que se deba echar mano de alguna ayudita externa en forma de implante interno y toda intervención quirúrgica conlleva riesgos, posibilidad de complicaciones, efectos secundarios y a veces accidentes.
El paciente tiene derecho con toda la información posible a tomar la decisión sopesando los riesgos. En el consentimiento expreso que deben firmar se suelen enumerarse y por consiguiente de aceptarlos el paciente los asume, eximiendo a los profesionales de responsabilidad en caso de que haya esas complicaciones de las que se es informado.
En la industria médica se ha abierto una nueva línea de negocio que va adquiriendo protagonismo que es el de "la industria de dispositivos médicos", que ya ha eclipsado a la todopoderosa industria farmacéutica, pero que al contrario que ésta carece de controles rigurosos lo que ha dado pie a que procedimientos extendidos entre los profesionales de la medicina tengan un porcentaje de complicaciones demasiado importante. Eso hace que el mismo dispositivo, su introducción y su posterior control se pongan en tela de juicio y que generen una poderosa alarma social por las controversias.
Y es que la diferencia entre los efectos adversos de un medicamento y los de un dispositivo médico es que en el primer caso puede ser suficiente con la retirada de la administración del medicamento e igual contrarestando sus efectos se sale del paso, mientras que para restablecer el estado de cosas anterior a la implantación de un dispositivo mediante una intervención quirúrgica en caso de ser posible (que a veces no lo es) se debe volver sobre los pasos dados, asumiendo secuelas y por supuestísimo intervenir de nuevo, lo que conlleva asumir nuevamente más riesgos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Es de sentido común que la falta de control y experimentación genere alarma social porque la implantación de dispositivos es algo común y corriente plenamente asumido en nuestra sociedad. Lentes intraoculares, implantes de empastes, implantes estéticos, prótesis en articulaciones dañadas, marcapasos etc... en una u otra medida forman parte del día a día de casi todos a partir de una edad
Son productos fruto de los avances tecnológicos y la industria se empeña en venderlos como si de un nuevo común y vulgar iphone se tratara. Se busca a alguien carismático para que haga de maestro de ceremonias en sus presentaciones como si de ipal o gadet de microsoft se tratara , invistiéndolo de supuesto Ceo de la marca. Se destinan cantidades importantes en la promoción y escenificación y por supuesto en el lobby para sacar adelante el producto.
Me parece increible y escandaloso que aquí se obvie lo transcendental y realmente importante: invertir en investigación post implantes y en la difusión de sus resultados como valor añadido a su lanzamiento y comercialización
Al igual que en los medicamentos el prospecto es el tesoro y la valiosa guía que ayuda a profesionales y profanos a acertar en su prescripción, el estudio de los riesgos y complicaciones de cada implante, sus ventajas sus inconvenientes, incompatibilidades o no sencillamente es oro puro que se les esta escapando de entre los dedos a todos esos "sabios" de las finanzas. Y no considerarlo esto así y seguir aferrándose a la utilización de las técnicas de promoción para productos tecnológicos comunes en la nueva industria de dispositivos médicos es síntoma de dejadez, declive, decadencia y despilfarro de recursos en una empresa del sector.
La asociación de la novedad de las técnicas por el mero hecho de serlo con la tabla de salvación o panacea para superar la enfermedad los sitúa como antiguos charlatanes de feria de productos milagrosos. Se les añade valor únicamente por su carácter "tecnológico" y enfermos y profesionales se agarran a ese valor como un clavo ardiendo fiando un valor futuro a algo incierto de lo que se desconocen las consecuencias.
Únicamente del seguimiento científico de la evolución de esas técnicas se puede sacar una rentabilidad real, tanto financiera como social.
Yo no pongo el grito en el cielo por el hecho de que una industria obtenga beneficios. Eso no tiene el porque ser negativo. Lo que es nefasto y contrario a la ciencia tanto para la industria, profesionales, consumidores y sociedad en general, es que los investigadores y científicos, imprescindibles en esto, no puedan hacer su trabajo de seguimiento e investigación, con un mínimo de rigor y objetividad. Obstaculizarlo en pos de maximizar los beneficios que da el factor sorpresa en la lucha contra las enfermedades se consiguen espectaculares resultados financieros inmediatos y efímeros a costa de poner en riesgo a la población, tirarse las empresas piedras a su propio tejado y perpetrar algo que tendría que ser ilícito penalmente, esto es, constitutivo de delito.
Invertir en un buen equipo de seguimiento y prospección de la evolución de las intervenciones a mi juicio incrementaría infinitesimalmente el valor de un producto, del trabajo dedicado a él y de la empresa en el mercado.
Con la ausencia del rigor en el control de los productos dispositivos médicos ese mercado termina por parecerse a una feria ambulante de "productos milagro" de los que todo huyen pavorosamente.
Son productos fruto de los avances tecnológicos y la industria se empeña en venderlos como si de un nuevo común y vulgar iphone se tratara. Se busca a alguien carismático para que haga de maestro de ceremonias en sus presentaciones como si de ipal o gadet de microsoft se tratara , invistiéndolo de supuesto Ceo de la marca. Se destinan cantidades importantes en la promoción y escenificación y por supuesto en el lobby para sacar adelante el producto.
Me parece increible y escandaloso que aquí se obvie lo transcendental y realmente importante: invertir en investigación post implantes y en la difusión de sus resultados como valor añadido a su lanzamiento y comercialización
Al igual que en los medicamentos el prospecto es el tesoro y la valiosa guía que ayuda a profesionales y profanos a acertar en su prescripción, el estudio de los riesgos y complicaciones de cada implante, sus ventajas sus inconvenientes, incompatibilidades o no sencillamente es oro puro que se les esta escapando de entre los dedos a todos esos "sabios" de las finanzas. Y no considerarlo esto así y seguir aferrándose a la utilización de las técnicas de promoción para productos tecnológicos comunes en la nueva industria de dispositivos médicos es síntoma de dejadez, declive, decadencia y despilfarro de recursos en una empresa del sector.
La asociación de la novedad de las técnicas por el mero hecho de serlo con la tabla de salvación o panacea para superar la enfermedad los sitúa como antiguos charlatanes de feria de productos milagrosos. Se les añade valor únicamente por su carácter "tecnológico" y enfermos y profesionales se agarran a ese valor como un clavo ardiendo fiando un valor futuro a algo incierto de lo que se desconocen las consecuencias.
Únicamente del seguimiento científico de la evolución de esas técnicas se puede sacar una rentabilidad real, tanto financiera como social.
Yo no pongo el grito en el cielo por el hecho de que una industria obtenga beneficios. Eso no tiene el porque ser negativo. Lo que es nefasto y contrario a la ciencia tanto para la industria, profesionales, consumidores y sociedad en general, es que los investigadores y científicos, imprescindibles en esto, no puedan hacer su trabajo de seguimiento e investigación, con un mínimo de rigor y objetividad. Obstaculizarlo en pos de maximizar los beneficios que da el factor sorpresa en la lucha contra las enfermedades se consiguen espectaculares resultados financieros inmediatos y efímeros a costa de poner en riesgo a la población, tirarse las empresas piedras a su propio tejado y perpetrar algo que tendría que ser ilícito penalmente, esto es, constitutivo de delito.
Invertir en un buen equipo de seguimiento y prospección de la evolución de las intervenciones a mi juicio incrementaría infinitesimalmente el valor de un producto, del trabajo dedicado a él y de la empresa en el mercado.
Con la ausencia del rigor en el control de los productos dispositivos médicos ese mercado termina por parecerse a una feria ambulante de "productos milagro" de los que todo huyen pavorosamente.