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España España · Barcelona
Voto de did79:
3
Terror Una casa encantada por un espíritu vengativo maldice a todos aquellos que entran en el lugar, llevándolos a tener una muerte violenta. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2020
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales de los 90, el cine de terror vivió una entusiasta fiebre por el cine de género nipón, sobretodo después del éxito de "Ringu" de Hideo Nakata. Multitud de sucedáneos, más o menos inspirados, llegaron a nuestras carteleras y, una vez agotada la fórmula por saturación, llegó el momento de los remakes hollywoodenses.

Primero fue la citada cinta de 1999, y luego le llegó el turno a "Ju-On" de Takashi Shimizu, que puso tan en boga los espíritus de infantes azulados. Interpretada por Sarah Michelle Gellar y dirigida por el mismo director de la original, aquí apodada "El grito", supuso un relativo acierto al no prescindir del elemento oriental, trasladando a la protagonista y sus enfrentamientos espectrales por tierras del Sol Naciente.

Casi 15 años más tarde nos llega una nueva entrega de la saga (que la tuvo) actualizando la trama a las nuevas demandas, o esa era la intención. En un giro de originalidad apabullante, la maldición es transportada junto aquél que la padece, remitiendo al dicho "no importa donde sino con quien". Así, el pretendido blanqueamiento cultural conjuga a la perfección con esta idea, ya que la acción es trasladada a Norte América en cuestión de segundos, incluso llegando a cambiar a los mismos espectros que, aún presentado sus características largas y sucias melenas, ya no son de origen japonés.

La estructura de confusos flashbacks, con tres historias anteriores que se superponen a la actual, no ayuda al conjunto, que salta de una a otra sin que incite el mínimo interés. Esa lejanía del componente exótico (aunque desgastado) que aporta la cultura japonesa, arroja al film al más puro de los convencionalismos, siendo un retal de películas de la típica película de fantasmas sin garra ni brío, repitiendo esquemas, mal estructurados, donde ni la planificación de escenas ni el ritmo funcionan. Personajes que desaparecen, situaciones que vienen y van, todo un despropósito de estructura narrativa que ni la presencia de ("insidious woman") Lin Shaye aporta algo al desaguisado conjunto.

Totalmente obsoleta, la cinta se muestra incapaz de sorprender o incomodar (salvo algún que otro sobresalto bien colocado), quedando a mero pasatiempo para aquellas tardes en las que la pantalla requiere la mínima atención.

Lo mejor; El único momento inesperado, donde el desaparecido hijo de la protagonista tiene un papel importante.

Lo peor; Lo peor en estos casos, antes coquetea con lo absurdo que con el terror.
did79
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