El político de Robert Rossen, es un drama que narra la historia de un buen hombre que empieza a corromperse al entrar en el mundo político. Dirigida con un ritmo ágil y dinámico , y con un estilo personal y lúcido, hace una película muy realista por tener una temática interesante que tristemente sigue estando vigente en la actualidad, mostrando cómo se corrompe en el poder cualquier persona, incluso las que aparentemente son sanos de corazón. Realizada de manera astuta e implacable, tiene un resultado soberbio y excepcional que gustará a todos los públicos.
La fotografía en blanco y negro, es alusiva y está llena de detalles idóneos y eficientes, gracias a unas hermosas y espléndidas imágenes que son estéticamente apropiadas. La música, es intrigante e inquietante en los momentos oportunos, haciendo al espectador partícipe de la amenaza, y en otros momentos es bella y apenada con sonidos confortantes y emotivos, en un notable y oportuno acompañamiento musical. Y los planos y movimientos de cámara, son sencillos y austeros con el uso de los planos generales, primeros planos, avanti, seguimiento e incluso cámara en mano.
Las actuaciones, son admirables y relucientes. Con Broderick Crawford carismático y persuasivo en una convincente labor política, Mercedes McCambridge competente y cualificada y John Ireland con carácter propio y personalidad. Siendo notables las interpretaciones de Joanne Dru, John Derek, Shepperd Strudwick y Anne Seymour. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones distinguidos y elegantes, que son sugestivos e impolutos en una estupenda labor artística.
El guion, escrito por el mismo director y basado en la novela de Robert Penn Warren, es insidioso y pernicioso, al tener un entramado enrevesado y absorbente que muestra lo peor de la política y su corrupción. Desnudándola y estremeciendo con ello al público, provocándolo en una penetrante historia que gustará los buscadores de dramas insanos. Y que es llevado a cabo con una narrativa clásica y académica, que es marcada por los discursos de campañas políticas de un modo directo y profundo, dejando clara la intención retórica del protagonista.
Para finalizar, la considero una obra imperecedera y esencial, no solo por su oscar a la mejor película, sino por estar repleta de insidias nocivas para la creencia en una política justa y positiva. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, vestuarios, música y narrativa que convierten a El político, en un film de visión obligada por la temática y por la calidad cinematográfica con la que es llevada a cabo.