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Voto de Ignatius:
4
6,6
243
Drama
Nicolás, un joven campesino que vive con sus padres y abuelos, lleva una existencia bastante dura y anodina. Un día conoce a María, una cantante retirada mayor que él, y se queda prendado de ella. En su casa, todo va de mal en peor y la tragedia no tarda en desencadenarse. (FILMAFFINITY)
6 de junio de 2005
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Triste ocasión perdida de hallar alguna respuesta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hasta miedo me da juntar las letras debajo de la gran pregunta retórica. Tal pretensión, la de encontrar un sentido a la existencia, es tan arrogante, tan manida y tan fuera de lugar que la película se asoma, inevitablemente, al abismo de la mediocridad. Y esto es una consecuencia de la filosófica carga que parecen llevar a cuestas los personajes aun refugiándose en una estudiada naturalidad y sencillez. Es una lástima porque “C’est quoi la vie?” (en francés, todavía más pedante) ni siquiera molesta e incluso se ve con simpatía. Posee una acertada primera parte capaz de esquivar una sucesión de desgracias con una conmovedora modestia pero después, icompresiblemente, se desliza hacia las oquedades de una cámara de recorrido lento y una fotografía dulzona. Nicolás es un joven campesino de una granja de vacas locas que halla inspiración en la sabiduría de su abuelo (gran presencia, la del octogenario Dufilho) . Conoce a María, ex-cantante de ópera y madre ecologista (¡qué habitual!) y, claro, ya se plantea las cosas de otra manera. Todas las tribulaciones por las que pasa este muchacho se resuelven, al final, gracias al amor y a una visión idílica del medio rural pese a esa divertida escena que ridiculiza a los urbanitas y su obsesión por encontrarse a sí mismos en un fin de semana. Creo, por ello, que la cuarta película de Dupeyron es fruto de un malentendido entre la simplicidad que persigue y la edulcoración que alcanza. Como un anuncio de agua mineral. Como dar respuestas sin haber preguntado.