Me parece lícito (e incluso loable) que konerak alabe la película de Ossorio. No discuto lo escaso de los medios, lo que no me parece de recibo es pretender hacer una película de la selva en la sierra madrileña, con encinas y ailantos por plantas tropicales. Sólo hubiera faltado haber usado serranos pintados con betún. El argumento está manido aún para los setenta, los actores son infumables y las situaciones de tebeo. Yo no encuentro nada atractivo en este film, que me perdonen los fanáticos del cine de Armando, pero me parece una horterada a la española con ánimo de destape.