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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Drama Argentino Vargas, de 56 años, llega a Buenos Aires. Parado en el hall principal del Teatro San Martín, espera a alguien para que lo acompañe al décimo piso, para una función de la película en la que es protagonista. El alto edificio, sus baños, escaleras, ascensores y talleres, son los verdaderos protagonistas de un misterio encontrado por dos hombres que se sienten extraños en este escenario. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2009
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Argentino Vargas atrapando al otro lado del cristal. Llega el negro…la música (repetiría en “Liverpool”). Una espera. Una proyección de “Los muertos” donde coinciden tres personas: La metáfora de estar perdido y atrapado en un cine. El choque de estar dentro y fuera de la pantalla. Otra espera.

Una película tan personal como “Fantasma” remite obviamente a lo que tenga que contar su autor por mucho que se diga que las películas deben hablar por si solas:

«La idea era filmar a Argentino y a Misael con la excusa del estreno de Los muertos en el Teatro San Martín. Iba a ser un corto, pero a medida que avanzábamos nos empezamos a cebar; se iba acabando la película hasta llegar a filmar 75 minutos. Tenía un guión de cinco páginas, una guía para saber en qué andaba. Pero, de hecho, se improvisó bastante....»

«Esta película me la tome como un espacio para probar algunas cosas, para experimentar un poco con la luz y el sonido, para retratar un espacio. Y además como modo de agradecer a Misal y Argentino que hicieran esas películas conmigo y cerrar un ciclo. Es un film sobre lo que sucede con cierto tipo de cine. Lo que no puedo ver es un fantasma; por eso ese titulo. Me parece que la exhibición de cierto tipo de cine se está perdiendo. Esa pantalla en negro es una ironía. Es una pantalla de luto. Cierto cine se muere.»

«Yo no sé si quiero captar público, ni si me interesa el espectador medio que va a los complejos a ver películas. Antes de filmar Fantasma me preguntaba si la entenderían sin haber visto las otras: creo que queda claro que Argentino actuó en una película. Viendo Last Days, de Gus Van Sant, supe qué es una película, qué es el cine: generar sensaciones con imágenes y sonido, pero sin relato. Estar sentado en la silla y preguntarse: qué estoy viendo. No estar esperando a que maten al negro para que termine la película.»



El filme debería ser un extra de “Los muertos” o al menos entiendo que debería verse como tal como única manera de contemplar cierta belleza que contiene. Para el resto siempre quedará lo que germine de su visión: desde el sopor, el odio o la ovación. El cine de Lisandro Alonso es así.
Maldito Bastardo
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