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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
7
Drama En 2001, Billy Beane (Brad Pitt), director general de los Atléticos de Oakland (béisbol), se hizo famoso al conseguir grandes éxitos por medio del método "Moneyball", programa que consiste en construir un equipo competitivo con menos recursos económicos que la mayoría de los equipos de las Grandes Ligas y empleando métodos estadísticos por ordenador para coordinar a los jugadores. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2011
188 de 220 usuarios han encontrado esta crítica útil
Consideraciones antes de ver “Moneyball”:

— No tiene nada que ver con la frase de Del Nido: «La Liga española es la mierda de Europa».
— Ni tampoco con el reportaje del The New York Times sobre el Levante al estar durante varias jornadas en el arranque de la temporada 11/12 por encima de los todopoderosos Real Madrid y Barcelona.
— Es una película sobre beisbol pero no de beisbol.
— Tampoco es la típica película en la que un jugador en declive conoce a una chica y se enamoran, se pelean, él triunfa y se casan (en este orden) para ser siempre felices.
— Ni mucho menos la típica película de deportes de un club pequeño y/o perdedor que, después de mucho sacrificio, un par de secuencias de montaje con un tema de éxito y una buena mascota, finalmente llega a la gran final para meter la canasta ganadora en el último suspiro (perdón… anotar la carrera ganadora a cámara lenta, que estamos en una película de beisbol…).

No, no es, ni… la típica película de deportes emotiva, emocionante y sentimental aunque cuenta con suficientes emociones. Está basada en hechos reales y tiene sus concesiones al estilo documental, con insertos de imágenes reales y títulos que nos presentan capítulos de la historia, pero cuenta con la pluma de un guionista estrella llamado Aaron Sorkin que le aparta de cualquier cliché preestablecido. “Moneyball”, al igual que “La red social”, parece hablarnos de personajes reales, procesos emocionales, números y personas y, sobre todo, que ‘lo viejo’ ha muerto porque ya no es útil. Es hora de renovarse y sobrevivir ante un mundo de tiburones. Tal vez ese espíritu de superación del que habla Sorkin nos refleja que los empollones, contra todo pronóstico de la física clásica y hegemonía del cuerpo serrano, son el futuro… el futuro del deporte y el futuro de las redes sociales, el futuro del día a día.

En “Moneyball” no hay novia ni chica guapa sino hija con canción en forma de catarsis. Hay suficientes emociones y choques dramáticos articulados sobre números que acaban siendo personas y una pelota cinematográfica que se dirige directamente al espectador. Batea. La suma sigue. Aguanta la respiración. La épica ya está en tu corazón y en tu tejado. Lánzala antes de que se escape…
Maldito Bastardo
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