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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
3
Fantástico. Aventuras. Acción Diez años después de los sucesos de "Furia de titanes", Perseo (Sam Worthington) está decidido a llevar una vida tranquila con su hijo Helio (John Bell). Sin embargo, los dioses, debilitados por la falta de fe de la humanidad, pierden el control sobre los Titanes, cuyo líder no es otro que Kronos, el padre de Zeus (Liam Neeson), Hades (Ralph Fiennes) y Poseidón (Danny Huston). Cuando Hades y Ares (Edgar Ramírez) llegan a un acuerdo con ... [+]
31 de marzo de 2012
49 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jonathan Liebesman repite fórmula después de “Invasión a la Tierra”, cambiando a marcianos tuneados por dioses, titanes y criaturas mitológicas. La primera parte que dirigió Louis Leterrier fue una de las mejores spoof movies involuntarias del 2010. Teniendo en cuenta semejante premisa, me ha sorprendido gratamente que esta vez la vida de Perseo haya pasado de ser un culebrón venezolano con espadas a una mitológica versión de ‘¿Quién quiere casarse (o no) con mi hijo?’. Zeus está muy preocupado por su hijo tróspido Perseo, que a su vez está preocupado, como padre soltero, por su hijo mini-tróspido (y pescador) Helio… Helio es todo un gas noble también aquí. Una ventosidad cuyo tatarabuelo Cronos quiere fumigar junto a toda la raza humana y sus dioses. En fin, una locura de argumento que esta vez se simplifica para ceder el terreno a los efectos visuales.

Perseo descubre un plan terrible de su hermanastro Ares y su antiguo archi-enemigo y asesino de toda su familia (hasta el noveno grado de consanguineidad) en la anterior parte, Hades. Poseidón también tiene un hijo, Agenor, que quiere presentarse al concurso de dobles de Melendi. No falta, tampoco, la cuota de tajada femenina con la Reina Andrómeda haciendo de Xena. El argumento aquí es más sencillo que el de un videojuego: el trío tiene que rescatar a Zeus mientras consigue la única arma para acabar con Cronos. El humor, en principio, lo tienen que aportar Toby Kebbell y Bill Nighy, pero si alguien se ríe en una sala con sus chistes será seguramente deportado durante una eternidad a los Tártaros.

El problema de “Ira de Titanes” es que sus partes épicas y de empacho digital tampoco emocionan. Las comparaciones son odiosas y el peso divino de “300” e “Immortals” puede ser una pesada e incandescente losa. No por la divina fotografía, el empape multicolor de efectos ni el despliegue escénico. El empacho de abdominal y topless greco-post-espartano que cautivó al público femenino se echará en falta en la cinta de Liebesman. Sin contar con la justificación del uso del 3D con el culo (de la doble) de Freida Pinto. En “Ira de Titanes” tan solamente vemos el pecho-lobo de horrendos cíclopes y del Minotauro más feo visto en la gran pantalla. ¡Toda una aberración! Porque seamos sinceros: una película de mitología griega sin topless no es una película. Y en esta o son muy castos o los griegos no pasan del yogur.

Peor lo peor de lo peor es saber dónde están los ‘Titanes’ (espero que no sean esos masillas amorfos tan grises). Bueno, Cronos está (y es) muy grandote pero es una unidad, ¿no? Debería titularse “Ira de Titán”… pero, claro, aquí lo mismo más de uno piensa que la película es de detergentes o un biopic del inventor del Titanlux. Lo de la ‘Ira’ sí que puede estar más justificado en el título, porque será lo que sientan la mayoría de los espectadores al empezar a desfilar los títulos de crédito.
Maldito Bastardo
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