En tiempos de dominancia “Transformers” los bodrios de Serie Z merecen un respeto. “Mutante metálico” es un bodrio, sí, pero habla de la crisis, de los problemas para rehacer la vida sobre lo difícil que es adolescente y quedarse sin internet porque un Mutante Metálico te lo ha cortado y te quiere matar.

Aquí no hay pepinos asesinos pero sí E-coli. «¿¡Achaca la muerte de mi hermano a una hamburguesa pasada!?» se alza como la frase del bodrio aunque lo tenía complicado con frases como: «No tiene gracia. Mi tía ha muerto» o «Nos están embargando las casas a todos y tú das a una bacteria alienígena un lugar donde vivir».

“Mutante metálico” es un cruce de “La amenaza de Andrómeda”, “Transformers” y “Feast” pero sin feast y con un Golem de Hierro animado por el club de la tercera edad de mi barrio. La pobre bacteria protagonista sólo quiere reproducirse y alimentarse en un mundo de crisis y racismo interestelar. La película plantea y debate durante todo su metraje si realmente es una estatua o un androide venido del espacio exterior. ¿Lodo o bacteria no microscópica? Por suerte una profesora de bilogía (separada ella) nos da una pequeña lección: si quieres que te echen un polvo vuelve al pueblo de tu ex.

La bacteria se resiste a morir como estos bodrios… ¿Tendremos más bodrios como “Mutante Metálico”? ¿Cagan los osos en el bosque?