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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Drama Neto es un joven estudiante de clase media que mantiene una relación cada día más distante con su padre. Su vida cambia de repente, cuando su padre le encuentra una dosis de droga y decide internar al joven en un manicomio, donde será víctima del sistema de esta institución. Internado en el manicomio, Neto comienza a vivir una realidad completamente absurda, inhumana y rodeada de corrupción. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Bicho de siete cabezas” tiene hallazgos sorprendentes como la utilización de raccord dentro de eje y distorsiones sonoras con algún efectillo visual. Le pierde el discurso y la posición en contra de las instituciones rompiendo la imparcialidad del discurso y el punto de vista del filme:

a) Plano del director del primer centro psiquiátrico pidiendo más enfermos para no perder las subvenciones estatales.
b) Plano del guardia del segundo centro diciendo que se muera esa escoria.

Rupturas del punto de vista elegido que dota al filme de cierto maniqueísmo.
Laís Bodanzky lee la locura en la juventud como una pared pintada de blanco y resquebrajada por los cuatro costados. Un simple cigarro de marihuana, malas compañías y un distanciamiento con sus padres provocan su internamiento en una institución mental. La incomprensión se vuelve absoluta entre padre e hijo y una catapulta mortal para que un adolescente madure y una carta al padre como hilo conductor (¿homenaje a Kafka?).

Esto no es “Inocencia interrumpida” ni “Alguien voló sobre el nido del cuco” ni ninguna versión ‘glamourosa’ de la locura. Esto un viaje a los infiernos como el que retrataban “Corredor sin retorno” o “Nido de víboras”.

«Un corazón roto puede llevarte a la locura, es la pérdida de alguien que amas. Si él que más amas te deja. Hasta debemos simular que estamos locos, siendo locos... y simular que somos poetas, siendo poetas. Ve allá y lee. El agujero en el espejo se ha cerrado. Ahora soy prisionero aquí. Con un ojo abierto, el otro alerta. Al otro lado donde caí. Este lado no tiene acceso.
Aún si me laman por el nombre. Aún si se permite regresar. Al acercarse la puerta desaparece. La ventana se esfuma en la pared. Palabras de agua disuelven la sed del mundo. Antes de ser dicho, no soy oído. He tratado de dormir noches enteras 4, 5, 6 de la mañana. Ahora me sentaré en esta silla con un oído alerta y el otro estirándose. El agujero en el espejo se ha cerrado y ahora estoy encerrado aquí adentro. Abandonado por el abandono. Encerrado por el lado de afuera.»
Maldito Bastardo
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