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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
2
Comedia Tres estudiantes de un instituto deciden organizar una fiesta salvaje en casa de uno de ellos, promocionándola en las redes sociales como la fiesta más loca de la temporada. Además, los chicos deciden grabarla para luego colgarla en la red. Pero, poco a poco, irán surgiendo una serie de complicaciones imprevistas... (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2012
47 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película trata sobre el Epic Win de tres ‘losers’ tan populares en su instituto como un enema de hormigón. Uno, el prota, celebra su cumpleaños en ausencia de sus padres y lo que iba a ser una pequeña fiesta se convierte en LA FIESTA DEL SIGLO. El argumento de “Project X” está tan inflado como los globos que se quieren llevar junto a Michael Landon al sufrido perro protagonista. Las fiestas en casas han dado momentos memorables como, por ejemplo, en “Freaks and Geeks” en esa orgia alcohólica masiva psicosomática con cerveza sin alcohol o en la reciente “Infiltrados en clase”. Sin contar con “Risky Business”, “House Party”… y un largo etcétera. Lo que tendría que dar para una secuencia de montaje y un tema musical molón ha de-generado en un filme que cabalga entre el found-footage y ese mundo de multi-cámaras, móviles y formatos que proponían el final de “Chronicle” o el arranque de “[•REC]³ Génesis”.

La han rodado con apenas 12 millones de dólares, con actores desconocidos salvo ligeras excepciones y en orden cronológico para despedir a la script. El productor Todd Phillips ha querido seguir con sus ‘logros’ en “Resacón en Las Vegas” y “Resacón 2, ¡ahora en Tailandia!” más que acercarse a “La revancha de los novatos”, “American Pie” o la fundamental “Supersalidos”. “Project X” ni es tan fuerte para ser X ni va más allá de una mera sinopsis y un puñado de anécdotas y leyendas urbanas.

No faltan culos y tetas a mansalva, una piscina llena de señoras en topless que desparecen cuando entra allí un coche (no vaya a ser que alguien quede herido), enanos al grill, perros drogados, amores eréctiles y amores de infancia, policía, niños soldados, vecinos inoportunos, vomitonas, anarquía, patetismo y muchos tacos y groserías para ganarse esa ‘R’ en su rating. Finalmente todo se reduce, al igual que en las recientes cintas de superhéroes de Josh Trank o Matthew Vaughn, en ser popular o morir en el intento. O sea, lo mismo de siempre intentado ser contando como si fuera nuevo o novedoso… Como si los espectadores tuvieran el supuesto coeficiente intelectual de todos los asistentes a la juerga.
Maldito Bastardo
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