Haz click aquí para copiar la URL
Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
6
Drama Massachusetts, años 80. Dicky Eklund (Christian Bale), un boxeador con talento pero conflictivo, intenta redimirse entrenando a su hermano menor. En sus buenos tiempos había sido el orgullo de su ciudad natal por haber tumbado una vez al campeón del mundo Sugar Ray Leonard; pero después vinieron los tiempos difíciles en los que se hundió en una peligrosa mezcla de drogas y delincuencia. Mientras tanto, su hermano Micky Ward (Mark ... [+]
13 de enero de 2011
47 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
David O. Russell nos da una lección de humildad y consecuencia. Al contrario que otras tv-movies camufladas bajo el maquillaje del star-system y el presupuesto más abultado “The fighter” parece recrearse en su condición desde su arranque. No esconde nada en su inicio documental y cámara aparentemente de improvisación amateur… Delante están las estrellas pero fingen: son hermanos. Piensas, ¿cuándo nos van a engañar? Y aparecen imágenes reales de archivo y otras archivadas y recreadas a modo de pasaje familiar. Entonces, llega una pantalla en negro con unos títulos que nos avisan del temible ‘Basada en una historia real.’
Estamos dentro de un camino duro… de una carretera sin asfaltar con unos puños al aire que nos distraen. Nos encontramos en el interior de Christian Bale y dejó de ser Bale para hacerse Dicky Eklund. ‘¡Están haciendo una película de mí!’, exclama. Es la manera de presentar la película y de repente un salto de punto de vista a un operador de cámara que filma todo… y nos deslizamos a una velocidad sobre otra carretera asfaltada mientas aparece el título ‘The Fighter’. Va a ser una película de lucha y fuga, escapista y sin trampa y cartón.

Hay lazos y motivaciones de cineasta autoral pero no pretende ni ser una nueva “Toro salvaje” pese a mostrar alguna secuencia de montaje, fomentada en el plano secuencia con efectos de edición, de la evolución victoriosa del boxeador. El nuevo documento no es el plano fijo, similar a la estética periodística de la fotografía de diario de noticias, sino que la nueva estética de información pertenece a youtube y al streaming. Tampoco el tono crepuscular y decadente del filme de Scorsese es un patrón porque, pese a bajones por drogadicción y anticlímax dramáticos, padece cierta orientación hacía el triunfalismo de “Rocky” en su american-way-of-life y sueños al relieve, made in America, con familia disfuncional y numerosamente rubia oxigenada.

¡Las chicas de la MTV son peligrosas y más si son camareras! Nueva referencia al mundo televisivo como esa otra marca de agua, en formato documental, llamada HBO. Y es ahí donde el circulo inspirador y oda al tubo de imagen, como época de confirmado pasado tras la imposición de la televisión digital terrestre, teje su particular visión y evolución de todos los personajes: al ver televisada su propia realidad y la de el protagonista del filme, la decadencia y adicción al crack de Dicky que funciona como anticlímax, saltan en un trampolín para desplegar y mejorar sus vidas.

Las grandes actuaciones son un común denominador para toda película basada en hechos reales cuyo inicial destino televisivo acaba en pantalla grande pero el cineasta muestra aquí inquietudes por el formato y el perfeccionamiento. El prólogo y el epílogo muestran la evolución personal y recorrido humano de sus protagonistas y la labor de un cineasta que se recrea y consigue hacer que esa carretera a punto de ser asfaltada sea efectivamente un nuevo camino.
Maldito Bastardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow