Zenitram es el héroe del pueblo argentino. Nacido en un urinario y del tocamiento escorto-genital Zenitram es la palabra de guerra del superhéroe diarreico que se convierte en nombre, ídolo e icono. El héroe esnifa coca y es controlado por el poder pero vuelve después de darse cuenta de que únicamente tiene hueco y sentido existencial en su propia tierra para sacrificarse por todo su pueblo.

¿Qué lectura tiene una película como “Zenitram”? Como una cinta de superhéroes es bastante cutre, mediocre, de lugares comunes, estereotipos, de diálogos sin pulir… y queda únicamente una lectura política e irónica sobre una sociedad y país. Obviamente tiende hacía la metáfora y a escenificar un futuro en el que el don más preciado será el agua, controlada por la política, superhéroes y corporaciones. Con un pueblo cada vez más redimido, pobre y sumiso.

No sólo los argentinos siempre piden más, más y más… Queríamos ver en “Zenitram” una película que nunca llegó a producirse. Tal vez esa sea su ironía innata. De ser tan imperfecta e inconformista como el país que quiere representar. No obstante, si hablamos de gente poderosa que jode a otra tiene mejor pinta y profundidad de discurso la versión porno de “La liga de la Justicia”.