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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Drama. Fantástico Hay algo mágico en el aire. Son tiempos felices, y el amor es algo sin complicaciones para el soldado Keng y el joven campesino Tong. Tardes agradables con la familia de Tong, noches llenas de canciones en la ciudad... Hasta que la vida se ve perturbada por la desaparición de alguien. Además, algún tipo de bestia salvaje ha estado matando a las vacas. Según las leyendas locales cabe la posibilidad de que un ser humano pueda convertirse ... [+]
3 de noviembre de 2006
41 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gustaría dar la razón a esos críticos nublados por el clasicismo, que confunden la novedad, lo moderno, con el acuñado término “modernez”. En embarullar la originalidad con lo vacuo, la evolución con lo aburrido o simplificar la animadversión por lo desconocido con un “no lo entiendo”.

Posiblemente Apichatpong Weerasethakul sea uno de los estandartes orientales en la renovación del cine conduciéndolo a nuevos horizontes. En llevarse premios en reputados festivales a cambio de conseguir la fascinación o el odio más enfermizo a partes iguales. Pero se me plantean varias preguntas: ¿Se puede hacer lo mismo sin aburrir? ¿O junto con la etiqueta de moderno u original hay que incluir soporífero y/o tomadura de pelo? ¿Es arte filmar sin apenas diálogos a un tipo que camina por una selva durante una hora? ¿Es arte colocar una papelera que se encontraba en la calle dentro una galería de arte moderno? ¿Cuándo el morro se transforma en arte? ¿En novedad? ¿En modernez?

Personalmente de “Tropical Malady” sólo me interesan sus novedades, sobre todo estructurales: fragmentar la película en dos mitades sin un aparente desenlace, enfrentar la urbe a la naturaleza, mostrar paralelismos entre ambas historias y exponer los elementos para dejar que el espectador los engarce y medite sobre ellos.
Ya en su anterior e insoportable coñazo, "Blissfully Yours”, Weerasethakul fragmentaba la narración colocando los títulos de crédito a los ¡45 minutos! Esta vez todo parece encajar mejor, pero al igual que sucedía en en su obra anterior queda descompensada la parte informativa con la contemplativa.

La primera parte de “Tropical Malady” resulta interesante, pero es en la segunda, la versión tailandesa-de-cuento-oriental de “Depredador”, donde explotan los resortes cinematográficos. Aunque por desgracia es donde la novedad se transforma en aburrimiento mitigando toda posible fascinación.
Maldito Bastardo
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