‘Fucking civilian!’. Es lo que le espeta el militar al cargo cuando es expulsado por el patrón. Eso sí que eran huelgas: esquiroles sangrando, apedreamiento masivo, cegando al ejercito con espejos como ataque psicológico, casquillos de bala y huelguistas muertos. Ahora la gente se queja porque la llaman ‘puta’ o ‘cabrón’ en la entrada de la empresa cuatro que estaban por allí a los que llaman piquetes. Vaya sindicalismo de M. hay en este país en estos tiempos oscuros, la verdad. Deberían contratar a Tony Montana para que alguien notará la diferencia.

Pese a su rating de cine X en EEUU fue nominada al Oscar y Globo de Oro. De fondo, una historia de clases sociales con chica rica preñada, de hipnosis para ver tetas y potorros y de que todo ese ambiente inicial apacible y costumbrista se va a romper y volcar en algo violento. ¿Les suena la estructura de “Domingo Sangriento” de Paul Greengrass?

Puede que sea discutible el uso del zoom por parte de Bo Widerberg aunque “Adalen 31”, película dedicada da las victimas de los asesinatos realizados por militares, ofrece cierto punto de vista desde los patrones para evitar la tentativa de maniqueísmo: «¿Tan mal les tratamos?»
Ambiente tenso… los patrones contratan a esquiroles para frenar la huelga algo que ya nos mostró otra película que habla de ambientes bulliciosos como “Los camaradas” de Mario Monicelli.

Una secuencia para el recuerdo: lentamente llega la música y los huelguistas en su manifestación… El ejercito los espera hasta que la cámara se vuelve inestable… La carretera está cerrada por el ejercito y sus caballos, pero ellos avanzan aunque les disparen como si fuese una batalla, y realmente lo era…

Película de obligada visión para sindicalistas, patronal, esquiroles, piquetes y defensores de la inexistente libertad. En sesión doble con “Harlan County, U.S.A”. Y que no paren de resonar los silbatos.