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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Comedia El Almirante Haffaz Aladeen (Baron Cohen), un dictador antioccidental, arriesga su vida con tal de evitar el establecimiento de la democracia en Wadiya, un país norteafricano con recursos petrolíferos. Su más fiel consejero es su tío Tamir (Ben Kingsley), Jefe de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proveedor de Mujeres. Por desgracia para Aladeen y sus consejeros, Occidente ha empezado a inmiscuirse en los asuntos de Wadiya, país ... [+]
6 de septiembre de 2012
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sacha Baron Cohen y Larry Charles, conscientes de que no pueden repetir el formato con el que catapultaron a personajes como Borat o Bruno, han decidido galopar sobre la ficción como única posibilidad actual de embestida. El personaje (y el homenaje a Kim Jong- Il) así lo merecía pero el conjunto está afectado por la necesidad de la inmediatez. Puede que “Operación Canadá” de Michael Moore mantenga las mismas cardinales que “Fahrenheit 9/11” pero una será defenestrada al mismo tiempo que otra encumbrada. Y es que el formato mockumentary y la exaltación del personaje sobre un referente real y cotidiano se pierde en esa falta de interacción con bases reales. “El dictador” funciona mejor sobre su marketing y campaña promocional que girando sobre los mecanismos que propone en la ficción. A nadie se le va a olvidar la imagen del General Aladeen cuando se presentó en la alfombra roja de los Oscars con las cenizas de Kim Jong-il con un previo polémico en el que inicialmente no estaba invitado. Antes de que la seguridad muy vigilante le invitase a ‘desfilar’ arrebatándole la urna, logró esparcir parte por el lugar ‘sacralizado’ y encima de Ryan Seacrest, presentador de “American Idol”. Muchos recordarán esa imagen incluso por encima del ‘pezóngate’ de Jennifer Lopez…

Comentado la versión unrated con una persona que vio la versión ‘rated’ no observé ninguna diferencia. ¿Realmente se puede ‘cortar’ una lamida de un sobaco peludo o el instante más romántico en el interior de un útero dilatado en pleno paritorio? La provocación esta vez traza un dibujo irregular donde su humor zafio es en sí la hipérbole que necesita la sociedad y que llena salas de cine o sienta a millones de espectadores delante de televisores. Aunque la película vuelve a no dejar títere con cabeza y los judíos, occidentales y árabes son objetos de todo tipo de virulentos chistes, realmente engloba su burla hacía toda la sociedad y escisiones. Nadie está a salvo de la mirilla crítica: ni lesbianas, minusválidos, neonatos, fallecidos y minorías raciales.

Con “El gran dictador” en la mirilla, Sacha Baron Cohen utiliza el machismo retrógrado, inenarrables versiones árabes de REM o Marvin Gaye y armas de destrucción masiva fálicas para hilvanar su discurso sobre falsas democracias, la hipocresía de los países más poderosos del planeta y su capacidad sádica y parafílica con único fin: ganar dinero a través de la mentira y manipulación del pueblo. Es cierto que salvando la funcional burla se puede hacer una crítica seria y que pocas sátiras políticas son capaces de recaudar 167 millones de dólares en todo el mundo. Descubrir el lado orgásmico-onanista de “Forrest Gump” merece la pena, aunque esta vez el filme del tándem no consigue sobreponerse del todo al arsenal de clichés y lugares comunes. Realmente “El dictador” vive atrapada en una dictadura llamada ficción.
Maldito Bastardo
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