La estadística de “Aliens vs. Avatars” es la siguiente:

a) Un 10% de los espectadores seguirán viendo la película después de sus títulos de crédito.
b) Un 1% continuará después de ver sus primeros cinco minutos. Si quiere formar parte de ese 1%... mejor ¡¡¡¡Huya a otro planeta!!!!

Hay varios planos y secuencias que resumen la película aunque en este caso no se sabe si la innombrable interpretación de ese alienígena feo y con camuflaje (su disfraz parece hecho con un mono de paintball a la vuelta-y-vuelta en una barbacoa) es mejor que los movimientos de cabeza del intento de na'vi. Skyt, robotars y reynonas es un cóctel aterrador junto a un grupo de campistas sin neuronas.

“Aliens vs. Avatars” se centra y argumenta en su propio título aunque el plural es impropio. Es un alien (no varios) el que intenta dominar el planeta atacando a chicas haciendo topless y garrulos de ciudad. Y luego está un intento de na'vi que tiene un avatar humano ante el fallo técnico de un androide asesino que manda a hacer el trabajo sucio. Si han visto un disfraz de robot en un colegio con cuatro cajas pintadas no hace falta que vean este porque será muy parecido.

En el planeta Anosha, al parecer, también llegó la crisis. La nave de Ava es en 2D o en fake 3D. No se sabe…Un momento… Ava… Avatar… ¿Ava-tar? También se desconoce si es más cutre el mando oxidado y lleno de mierda de Ava o los mensajes de errores avatarianos en inglés. Sus persecuciones campestres ostentan la posibilidad de figurar entre las más largas y cutres de la historia. Los campos de fuerza se llaman Broma (como la película) aunque deberían vender uno para los espectadores que nos aventuramos a ver películas como “Aliens vs. Avatars”. Según cuenta Ava a los Skyts les gusta jugar con sus presas antes de matarlas… Parece que han tomado ejemplo haciendo esta película.