Necesario y sincero documento que podrá ser usado con intereses partidistas. Los mismos que criticaron el incompleto y bienintencionado documental de Medem.
Aunque Iñaki Arteta ha evitado como la peste cualquier uso político. No hay voz en off ni ninguna clase de narrador. Es una película por y para las víctimas y sus familias.

Lo que impacta son los recuerdos de los familiares en forma de recortes de prensa que me ponen los pelos de punta. De lo duro que es para las familias ver a los asesinos de sus maridos e hijos paseándose por la calle o cómo han prescrito sus delitos en el extranjero. Una dura realidad, aunque todas las familias de víctimas de cualquier tipo de asesinato tiene que afrontar lo mismo. Gracias a nuestro gran sistema de cumplimiento de penas y sistema judicial.

"Trece entre mil" habla del dolor pero también de la esperanza de continuar viviendo.
De que el tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio. El homenaje que recibe una de las víctimas así lo demuestra.
Su mensaje y los testimonios ahogan su valor cinematográfico. Respecto a su contenido resulta de obligada visión y debate para saber qué precio vamos a pagar por una hipotética y deseada paz.

Me quedo con las frases "Para que tu perdones tienen que pedirte primero perdón" y "Ningún ideal vale una vida". También con sus títulos de crédito finales con todos los nombres de los asesinados por la banda terrorista.