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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
5
Terror. Thriller. Intriga Basada en un relato de Stephen King, cuenta la historia de un escritor de novelas de terror (John Cusack) bastante escéptico. De hecho, se dedica a desacreditar fenómenos paranormales ocurridos en supuestas casas encantadas. Aunque no cree en la existencia de vida más allá de la muerte, sus ideas al respecto cambiarán cuando entre en la habitación 1408 del Hotel Dolphin. (FILMAFFINITY)
6 de octubre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces parece que Stephen King no escribe para el lector sino para el espectador. Uno no se imagina el género sin “Misery”, “La zona muerta”, “El resplandor”, “Carrie” o “El misterio de Salem's Lot”, entre innumerables adaptaciones peor adaptadas en su medida.

La introducción es notable: «Solo creo en lo que veo» —diría Mike Enslin (John Cusack), un autor de novelas de terror encargado de desacreditar supuestos ‘fraudes’ en sitios supuestamente embrujados… Hasta que recibe una invitación especial de la habitación 1408 del Hotel Dolphin y nada volverá a ser igual.
John Cusack, como casi siempre, cumple. Los fantasmas, como casi siempre, cumplen y los traumas paterno-filiales con ráfagas de arrepentimiento y de arrebatada melancolía, como casi siempre, cumplen. ¿El aburrimiento? Aquí mata y se transforma en tortura porque King, conocedor de ser el artífice de un reino y estilo feuda-fanterror, juega con espejos psicológicos mediante la reanimación y superación de traumas pasados. Lógico punto de inflexión en todo conflicto de personaje pero es un simple fleco usado como falsa tara para revivir un interminable efectismo virtual. El mayor terror es una falsa felicidad. La irrealidad y la falsificación expanden el mayor horror interior.

También cumple esa búsqueda de la psicología frente al efectismo y lo explicito, pero acaba recurriendo a lo obvio cuando desea asustar al espectador. Finalmente lo espanta con una sobredosis de terror psicológico y a tiempo real.

Mikael Håfström, después de la cuasi-desastrosa “Sin control” se enmienda con “1408” aunque le falte y le sobre algo: obviamente algunos paralelismos con “El resplandor” enlazan directamente con Stephen King y pese a sobrarle media hora se deja ver. Los finales alternativos quedan como ese breve margen que separa la felicidad de la tragedia. Un tenso hilo de un género que dejó de ser invisible y cada vez resulta más grueso y cercano a la lana. Atronadoramente vistoso e ineficaz.
Maldito Bastardo
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