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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
4
Comedia. Terror. Fantástico En 1752, los Collins y su hijo Barnabas zarpan de Liverpool con destino a América para librarse de la misteriosa maldición que pesa sobre su familia. Con el paso de los años, Barnabas (Johnny Depp), un playboy impenitente, se convierte en un hombre rico y poderoso que comete el error de romperle el corazón a Angelique Bouchard (Eva Green). Ella, que es una bruja, lo condena a un destino peor que la muerte: lo convierte en vampiro y lo ... [+]
11 de mayo de 2012
263 de 321 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he defendido sus películas a riesgo de sufrir numerosas palizas, ignominiosos calificativos y etiquetas insultantes. He defendido hasta esa en la que el mono de Marky Mark hace el mono con otros monos y esa otra de Alicia con mucha dirección de arte y donde el público casi le manda a patadas a Marte con sus otros marcianos. ¡Pero yo le defendí y me trataron peor que a un perro… resucitado por una gran cantidad de electricidad! Lo que no puedo hacer es defender su última obra de supuesto arte, “Sombras tenebrosas”. Lo siento, su película es un sencillamente un coñazo con algunos momentos divertidos, pero para nada es la comedia de humor negro setentera que pretendía hacer. Mucho escote, canalillo y melón de Eva Green pero poco sentimiento y nula pasión.

Qué sí… que hay una historia familiar (que no le llega a la suela de los zapatos a las familias Addams o Monster), amores muertos y pasados con sus licencias y homenaje a Drácula, una gran selección musical de la época y la banda sonora de Danny Elfman, sus momentos ‘góticos’ … pero parecen un calco de los anteriores. También una estupenda ambientación. Bueno, con más de cien millones de presupuesto si les queda como un capítulo de “Luna, el misterio de Calenda”… sería para mandarles a los lobos y que no dejasen supervivientes. Pero no se trata de eso… sino de que la historia tuviera fuerza y “Sombras tenebrosas” es el pedo de una mosca que acompaña a Bitelchús. No sé si será que ya aparece su nombre debajo de unas escaleras en los créditos o si es que se levanta muy cansado cada mañana por no poder dormir correctamente al encontrar la posición idónea en la almohada con esos pelos que lleva. La película tiene más agujeros en las tramas que los trajes de su señora. No tiene vida, ni tensión, ni nada que atrape al espectador. Es lenta y previsible. Tan previsible que ya el trailer cuenta la película y enseña tres de las cinco gracias. ¿¡Y su vampiro!? Esas uñas largas y puntiagudas no llegan a arañar como Eduardo Manostijeras…

Es usted Sr. Burton el que me recuerda en esta película a su propio vampiro: encadenado y encerrado en un ataúd por la propia industria que le dio el don de la inmortalidad. Parece confinado en ese círculo vicioso de repetir cada noche y película el mismo ritual. Ya no funciona: es simple e impostada pose. Por no mencionar que todo es obvio y remarcado: nos facilitan referencias pero nos las señalan y facilitan un pie de página.

La única sombra y maldición aquí es para su carrera: todo el mundo la recordará como una obra menor. Por favor, ¡vuelva con nosotros! ¡Salga de esa tumba donde le han metido en ‘jolibud’! Levantase, camine… ¡y corra lejos de allí! Les esperamos con los brazos abiertos y las pilas cargadas en “Frankenweenie”.

Atentamente su bastardo.
Maldito Bastardo
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